Sabias palabras

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La joven queria salir de su habitación, y dar un paseo por los corredores del castillo. Benjen, preocupado por la salud de la joven se negó. No quería que le diera otro ataque, ella empezó a insistir hasta que el hobbit no tuvo más remedio que acceder.
Ambos salieron de la habitación y empezaron a caminar.
- y ¿ como le ha parecido Ravendell, Ser Benjen?- preguntó la joven a su amigo.
- nada mal, mi pequeña Laurel- dijo mientras contemplaba las paredes blancas, además del techo, hecho de cristal.
- es un paraíso - dijo la Laurel mientras jugueteaba en el lugar como una niña - tal y como las historias que usted me contaba.
Entonces Benjen recordó ese momento.
Unos meses antes
Estaban acampando, la noche era estrellada. Todos estaban dormidos, a excepción de Benjen y Laurel.
- vete a dormir, pequeña. mañana partiremos hacia el este. Cuando aparescan los primeros rayos de sol- dijo el hobbit mientras acomodaba un tronco para poder poner su cabeza
- no tengo tanto sueño...Ser Benjen- dijo Laurel con un tono inocente.
- trata de conciliar lo, cuenta ovejas o algo así - dijo el hobbit un poco cansado.
- Ser Benjen...- dijo la chica al hobbit, el cual ya estaba a punto de dormirse.
- ¿ si Laurel?- pregunta el hobbit entre bostezos.
- ¿ me contaría una historia?- pregunta la chica como si fuera una niña pequeña.
- bueno.. Te contaré acerca de Ravendell- dijo el hobbit.
-¿ Qué es eso?- pregunta la joven.
Benjen trató de acomodarse, pasó saliva y prosiguió.
- Ravendell es un reino, tal y como Aramis pero más grande y más hermoso. El castillo era enorme , con una bella muralla rodeándola.
Dentro de él, las paredes eran doradas claro como el oro y los pisos eran de mármol blanco, El techo era una cúpula de cristal, además de tener bellos jardínes, llenos de flores bellas y extrañas como rosas silvestres y lirios azules. Los cuales eran custodiados por las aves de los susurros. Ahí, miles de elfos y elfas trabajan para el rey Therrantiel, el rey de esa bella tierra, sabias que....- dijo el hobbit cuando escuchó un ronquido, era Laurel, etsba profunda en ese momento.
- descansa pequeña- dijo el hobbit mientras le daba un beso en la frente y veía como una pequeña sonrisa se formaba en su rostro.
El hobbit al recordar eso sentía una gran felicidad al ver a la pequeña niña que estaba transformando en una mujer.
-¿ qué pasa Ser Benjen? - pregunta la chica.
- nada, sólo recordando cosas- dijo el hobbit.

Bajaron las escaleras , y después llegaron al primer piso, en el trayecto saludaron a algunos de los criados o guardias que pasaban por ahí.
- las personas aquí son muy amables- dijo la chica.
- " algunas" personas- dijo Benjen entre dientes, un poco incómodo.
- tengo una duda , Ser Benjen ¿ que es El festival de las diez noches?- preguntó la chica.
El hobbit se muerde el labio por un momento y después le responde.
- Es un festival en el cual conmemoran a Tharaniel, el hermano del rey Therrantiel- dijo el hobbit.
-¿ y quien era él? - preguntó la joven.
- fue el rey de Ravendell, antes que su hermano sucediera al trono. Pero falleció en una guerra, hace muchos años atrás, antes de que tú nacieras.
- Y esa guerra fue conocida como La guerra de las diez noches - dijo una voz detrás de ellos.
Era Handor, se veía fuerte y con una mirada sería y prenetante. Empezó a caminar hacia ellos.
- vaya...has despertado- dijo el mago mientras tenia su mirada clavada en la joven. La joven asintió tímidamente con su cabeza.
- Una Guerra que cobró la vida de dos hombres, hombres respetados, hombres humildes, hombres con honor- dijo con un tono un poco melancólico.
- Y ¿ que pasó después de la guerra?- preguntó la chica.
- Después de la guerra, no hubieron cantos alegres de victoria. En vez ambos reinos lloraron a sus muertos, miles de hombres fallecieron por pelear, por haber dado hasta la última gota de sudor. Además toda Earthralm lloró a ambos gobernantes.
Edword, hijo de Goblin sucedió al trono, como señor de Aramis y rey de toda Earthralm. Mientras que Therrantiel sucedió a su hermano y tomó el trono de Ravendell- dijo el mago.
Benjen y Laurel se quedaron callados, viendo al viejo mago mirar a lo lejos y como una lágrima rodaba por sus mejillas y caía al suelo.
- entonces se llama el festival de las diez noches...- dijo el hobbit. Hasta que fue interrumpido por Laurel
- porque fueron diez noches de llanto- dijo Laurel en un tono bajo y triste.
Handor se fue caminando lentamente, hasta que desapareció por los pasillos.
Dejando un profundo silencio.
- bueno pequeña Laurel, ya tu duda ha sido respondida- dijo el hobbit con una sonrisa triste en el rostro.
La chica asintió y continuaron caminando. La chica tenía la cabeza gacha y sus ojos estaban clavados en el suelo.
- jamás debí preguntar eso- dijo Laurel en voz baja, creyendo que nadie la escucharía.
- No te preocupes Laurel, no fue nada grave- dijo el hobbit y le dio una palmadita en la espalda.
- No se, cuando Handor empezó a hablar de la guerra, lo contaba con un tono melancólico- dijo la chica alzando su mirada.
- pequeña, no hay nada más duro que la guerra- dijo el hobbit.
-¿ usted que piensa de las guerras, Ser Benjen?- pregunta la chica mientras clava sus ojos verdes en los de su amigo.
- Que pienso de la guerra mi querida Laurel: pienso que la guerra es la representación del odio y la destrucción. escuchas los gritos de ayuda y e llanto de los hombres. Hombres que no sentirán el paso del tiempo, ni volverán a ver a sus familias, ni verán la luz de otro dia. Contemplar el líquido escarlata decorando los prados, además de cadáveres con una expresión de horror en sus rostros. En sus rostros sin vida podias ver...- dijo el hobbit pero se quedó petrificado en ese momento.
- ¿ Ver que, Ser Benjen?- preguntó la chica mientras mientras lo miraba con un poco de preocupación.
- el miedo- susurró el hobbit mientras alejaba su mirada.
La chica sólo mordió su labio al ver la mirada pérdida de su amigo habia cambiado, sus ojos marrones se notaban más claros, como un verde oscuro y su cabello café oscuro le había crecido unos cinco centímetros de más. Estaba lleno de rasguños y magullones pero se notaba más fuerte, y su forma de ser era diferente. Ya no era el típico hobbit asustado y comodón que era antes. Ahora era un hobbit valiente, fuerte. Como el que había visto esa vez en la casa de Bielben.
- ¿ miedo a qué Ser ?- preguntó Laurel al hobbit.
- a la muerte- dijo el hobbit.
Las puertas del castillo se abrieron de par en par y ellos decidieron salir un rato del lugar. Fueron al bello jardín del castillo, los cuales estaban llenos de flores silvestres, árboles con las hojas más verdes jamás vistas., además de criaturas de rara belleza como Las aves de los susurros o colibrís de plumaje plateado.
El hobbit estaba muy cansado que decidió sentarse la chica se quedó de pie, recostada en un árbol. La chica silvo una tonada muy peculiar, y un pequeño colibrí se acercó a ella y se posó en su hombro.
- vaya, ¿ como aprendisteis eso?- pregunta Benjen impresionado.
- era lo que hacia en Dragonfall con los dragones, le enseñaba esa tonada y ellos venian. Con las aves fue más fácil, me iba en secreto y venía sola, sólo yo y las aves - dijo con una sonrisa en su rostro mientras acariciaba la pequeña cabecita del pájaro.
– es muy bonito – dijo el hobbit acercando su mano al pajarito pero este se asusta y sale volando.
– no te preocupes, era  uno tímido– dijo la chica mientras ase agachaba y se arrodillaba en el suelo.
Se quedaron mirando fijamente por un momento, el hobbit coge su mano y la aprieta.
– La ira, la tristeza, el amor, el odio y el dolor son emociones fuertes que no siquiera el humano mismo puede controlar, tienes que ser resistente – dijo el hobbit mientras miraba la pálida mano de la joven.
La chica sólo asintió con la cabeza y bajó la mirada hacia su mano.
– ¿ por qué tengo que ser resistente a esas emociones?– preguntó la chica.
– por qué esas emociones son más fuertes de lo que tu crees. Tienes que crear una barrera de piedra en tu interior y en tu ser. Por que si no, te mostrarás débil, y le mostrarás a los otros que eres débil y ellos se aprovecharan de eso – dijo el hobbit.
–¿ pero quiénes? – pregunta la chica a su amigo.
–  hombres de mal corazón, y de alma fría y calculadora – dijo el hobbit.
El viento soplaba levemente  y este hacia que se movieran sus cabellos cafés.
– como Nessor– dijo la chica.
El hobbit asintió con la cabeza, la chica lanzó un suspiro.
– el quiere controlar a Earthralm con mano de hierro, hay gente sufriendo por su culpa – dijo la joven.
El hobbit estaba impactado pero a la vez confundido.
– ¿ como sabes eso?– preguntó la chica.
– he tenido sueños raros últimamente, y siempre veo a  la misma persona: un hombre adulto, fuerte, con cabello rubio y ojos llenos de maldad y una sonrisa sádica y perturbadora – dijo la joven.
–¿ y sabes algo más de él? – preguntó el hobbit.
– lo llaman El rey loco, sobrino del rey Edword el cual murió envenenado– dijo la joven.
–¿ y algo más? – dijo.
– Edword sucedió al trono a la edad de veintitrés. Se casó con una noble llamada Débora y tuvieron un hijo– dijo la joven.
– Aaron– dijo el hobbit.
–¿ qué? – pregunta la chica confundida.
– Aaron se hacia llamar el chico, pero un día como cualquier otro desapareció– dijo el hobbit.
– ¿ Que fue de la reina?– preguntó la chica.
– mejor cambiemos el tema. Además se esta oscureciendo, tenemos que regresar al castillo.

Ambos jóvenes retornaron al castillo.
– gracias– dijo la joven
–¿ por?– preguntó el hobbit confundido.
– por sus sabias palabras– dijo la chica de ojos verdes con una sonrisa mientras se aleja lentamente.

la hija de los dragonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora