17/02/18
Oí un par de sonidos en la cocina, pero estaba demasiado cansada para pensar, me dirigí directo a mi cama. Había llegado a la puerta cuando sentí una ráfaga de aire detrás de mi espalda. Me di vuelta, pero el alcohol me nublaba la vista y necesitaba apoyarme en una cama. Sentí un ruido en mi habitación. No, fuera de mi habitación, en el balcón.
Abrí la puerta que conectaba mi pieza con este y creí ver una sombra.
Me adentré y vi una persona que se acercaba. Alguien vestido de negro. Un ladrón.
El ladrón me dio miró detenidamente, observando cada detalle que podía encontrar, supongo. Entonces sin darme cuenta, lo tenía justo frente a mi. Podía sentir su respiración y creo que él la mía. Busque sus ojos pero la vista se me nublaba de vuelta. Caí al suelo entre mareos y cansancio. El ladrón se agachó al lado mío y rozó sus labios con los míos. Un pequeño calor recorrió mi cuerpo, que me hizo sentir extraña. Pero hasta donde sabía, podía haber estado imaginando todo.
Traté durante un par de horas de dormir, pero la experiencia me tenía dando vueltas.
