--¡¿Por qué todos los árboles son iguales?!--exclama Carlos desesperado.
Bufo cansada.
--¡Y yo que se! Sólo sé que quiero ir a dormir.
--Bueno, tampoco es tan tarde...
--¡¿Que no es tan tarde?! ¡Son las once de la noche!--exclamo cabreada.
--Bueno si lo dices así...--me mira.
Le miro un poco mas relajada, le doy un beso fugaz, él sonríe y yo con él. Ya se pasó el enfado.
--Ven y dame un abrazo, osito--pido y él con una sonrisa lo hace.
Hasta en los peores momentos me hace sentir bien. Me imagino una vida junto a Carlos. Viviendo juntos y con dos bebés. Uno chico y otra chica. En una casa muy muy grande y con una cocina gigantesca.
--¿En que piensas?--interrumpe mis pensamientos Carlos.
Me sonrojo y tapo mi cara. ¡Que vergüenza!
--Yo... No es importante.
--Tranquila, tengo tiempo--dice y río nerviosa.
Me adelanto caminando y él se pone a mi altura.
--Pensaba en...--suspiro--. Cómo sería mi vida junto a ti, con hijos y una casa enorme.
Para en seco. Mierda. Creo que he ido demasiado lejos.
--Sólo era mi imaginación--añado preocupada.
En vez de enfadarse conmigo, se acerca ami y me besa dulcemente. Le sigo el beso un poco confusa y cuando nos separamos le miro con una sonrisa de boca cerrada.
--Sé que he llegado demasiado lejos y...
--Te quiero--me corta besándome de nuevo.
Vale, ahora es cuando le digo "Te quiero" y quedamos mas enamorados aún. Me cuesta muchísimo decírselo. Me da vergüenza pero si él lo ha hecho, ¿por qué yo no?
Me separo primero, le miro fijamente y se lo digo:
--Carlos, te quiero--agacho la cabeza, la levanta con su índice y sonríe-- Mucho. No sabes cuánto.
--Ya era hora de que lo dijeras--dice y le miro sorprendida--Es broma.
Nos abrazamos y tiro todo el aire acumulado. Un peso menos de encima.
--Me has hecho cambiar--empieza a decir--Antes una chica me decía eso y la dejaba rápidamente. Pero tú... ¿Eres una clase de bruja?
Río fuertemente.
--Creo que se llama madurar--encojo mis hombros.
--No, creo que es enamorarse.
Noto como mis mejillas arden y le miro.
--Ya somos dos--me atrevo a decir.
--Eres muy atractiva cuando te sonrojas--comenta y le pego un puñetazo en el hombro cariñosamente.
--Cállate, sólo soy tímida.
Se ríe y yo me uno a su risa.
--¡Creo que veo algo!--exclama.
Señala una montaña y yo frunzo el ceño.
--Oye Carlos, creo que estas muy cansado y no ves las cosas bien--le toco el hombro.
--¿Qué?--me mira confuso--Digo detrás de la montaña, ¿no ves las luces?
Me fijo mejor y en efecto, tiene razón.
ESTÁS LEYENDO
Cuando menos lo esperas... ©
Novela Juvenil¿Que pasaría si tu madre se va TODO un año a Francia y te quedas a vivir con el vecino de al lado? Valeria se queda sin madre durante un tiempo y esta muy enfadada, pero cuando se de cuenta de quien esta en la casa del vecino cambiará de idea comple...