Cuando terminó de comer, recogió todo y se sentó a mi lado.
-Estaba muy bueno.-Dijo abrazándome, me acurruqué en su pecho.
-Gracias...-Dije, mirándole.
Pero, de repente un lobo irrumpió en la casa, di un salto y le saqué de aquí, Erik me ayudó.
Seguimos luchando pero, le mandé a mi clase. Sin darme cuenta estábamos luchando en mi pupitre.
-Erik.-Le llamé, él me dio una espada. Le apunté.-¿A qué has venido?
-Elliot quiere la paz.
-¿Qué...?
-Es absurdo.
Le rajé el cuello. Me levanté y Elliot apareció.
-Gracias.-Dijo agotado.
-No hay de qué, ¿Para qué coño quieres una tregua?
-¿Te lo dijo?
-Sí.
-Sería interesante ver que pasaba.
-Tienes razón. ¿Qué opináis?-Pregunté mirando a Saito.
-Te acompaño.-Dijo Saito.-El máximo representante aquí es el director.
Le devolví la espada a Erik, le di un beso en la mejilla.
-Quédate con Elliot, ahora vuelvo.
De camino al despacho, Louise y Ryu vinieron.
-¿Qué ha pasado?
-Un lobo vino.-Dijo Saito.
-De nada.-Dije seca. Llamé a Erik, él vino con Elliot.
Elliot, era de mi edad, era rubio con ojos verdes. Le salvé la vida hace unos dos años y desde entonces, me aprecia demasiado. Para mí es como un hermano.
-¿Qué ocurre?-Preguntó Erik.
-Elliot, ellos son, Saito, Louise y Ryu.-Dije.
-Encantado.-Dijo Elliot.
-Igualmente, lobo.-Dijeron los tres.
-Vaya, qué despectivos.-Dijo Elliot.-Magos elementales...
Louise y Ryu sacaron su varita. Y apuntaron a Elliot.
-Arma.-Le susurré a Erik. Él creó una lanza y me la dio les apunté.-Ni se os ocurra.
-Calmaos todos.-Dijo Saito.
-No es un sitio para pelear.-Dijo Elliot, tocándome el hombro.-Gracias.-Me susurró.
-De nada.-Dije, bajando el arma. Al llegar, solo Elliot y yo entramos.
-Hola, tú serás el jefazo de todo esto, ¿no?-Preguntó Elliot.
-Vaya, un lobo y... Tú estabas expulsada.
-Esto no tiene que ver con las clases, sino con los territorios.
-No os daremos nada.
-No es eso.-Dijo Elliot.
-Queremos una tregua. Una convivencia entre seres.-Dije directa.
-Tan directa como siempre, señorita Ren.
-Sí.
-¿Qué opina?-Preguntó Elliot, algo inquieto.
-Me parece bien, además, primero empezaremos contigo.-Dijo El director, mirando a Elliot.
-De acuerdo.-Dijo él.
Al salir, Erik me abrazó.
-¿Cómo ha ido?-Me preguntó Saito.
-Bien, Ha aceptado la tregua.-Dije sonriente.
-¡¿Váis a hacer una tregua?!-Exclamó Louise.
-Sí, y esto no tiene que ver contigo.-Dije borde.
-Esa es mi hermana.-Dijo Elliot, chocamos la mano, y se despidió. Erik y yo también nos fuimos. Al llegar al clan, Al y Bea nos saludaron.
-¿Qué tal?-Preguntó Bea.
-Bien.-Dijo Erik.
Se sentó en una silla, y yo encima suya, en su regazo.
-¿Y qué hacía Elliot por la zona de los magos?
-Hemos hecho una tregua.-Declaré.
-¡Eso va contra natura!-Exclamó Bea.
-Eso está bien, cambiar todo.-Dijo Al, haciendo que ella se callara.
-Sí.-Dije.-Pero, hay que estar atentos.
-Por si acaso, ¿no?-Dijo Bea, seria.
-Sí.-Dije.
-Nos vamos a patrullar.-Dijo Al.
-No os olvidéis de alimentaros.-Dije.
Se fueron.
-Al fin solos, ¿eh?-Dijo Erik, dándome cortos besos en el cuello.
Me separé de él, de un salto.
-No lo hagas sin avisar.-Dije, con la respiración entrecortada.
-¿No te gusta?
-No es eso...-Dije, ocultando mi mirada.-Déjame sola.
-Pero..
-¡He dicho que me dejes sola!-Exclamé.
Él se marchó con un portazo. Me senté en la banqueta del piano. Toqué y canté Crazy in Love (Beyoncé).
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~Volviendo a Vivir~
RomanceUna chica de 17 años, cuyo nombre es Ren. Ella es como cualquier otra, excepto por un pequeño detalle, es un vampiro. Un mundo de Vampiros, Magos, Hombres Lobo... Y lo más importante, Poder.