Capítulo 9 El nuevo.

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Al día siguiente, notaba una gran calidez en mi pecho, miré y su mano, estaba postrada en él... Di un respingo y me caigo al suelo.

-¡Ay!-Dije, él se despertó y me miró.

-¿Qué haces en el suelo?

-¿No lo notaste?-Le pregunto, roja como un tomate, nerviosa y avergonzada.

-¿El qué?-Preguntó, desconcertado.

-Nada...-Susurré.

-Dime, venga.-Me suplica.

-Me da vergüenza...

-Entonces una pista.

-Tocabas algo.-Dije apartando la cara.

-¿El qué? ¿He tocado tus pechos?

Me tenso, ¿como puede adivinarlo tan rápido?

-¿Es eso?-Me pregunta.

Le miro.

-Voy a hacer el desayuno.-Digo intentando escabullurme.

-Mi desayuno eres tú, Ren.-Dice, no se como pero acabo sentada en su regazo. Me muerde, clavando sus colmillos en mi cuello. Pero, su mano toca uno de mis pechos, haciendo que emitiera un leve gemido, se separa de mí. Sonriente.

-Byron...-Susurro, le beso y lo profundiza.

Me separo por falta de aire, con la respiración agitada. Oigo como la puerta se abre, Sara aparece, frotándose un ojo, medio dormida.

-Buenos días...-Dice adormilada.

-Sara.-Digo dirigiéndome hacia ella.-¿Como has dormido?

-Mejor, gracias.-Dice abrazándome.

-¿Qué quieres desayunar?

-Tortitas.-Dice sonriente, asiento

-Entonces, dame 10 minutos.-Digo, bajo rápidamente a la cocina y en el plazo previsto se las hago, se lo sirvo en la mesa y ella baja corriendo. Se sienta a desayunar. Mientras, subo y voy al baño. Me doy una ducha relajante. Me seco, tranquilamente y salgo ya vestida.

-¿No tienes sed?-Me pregunta Byron, justo delante de mí.

-Puedo aguantar meses sin beber, Byron.-Le digo, calmada.

-Vale, vale, lo entiendo.

-Voy a clase, ya es tarde.-Le digo, me despido de él con un beso, cojo mis cosas y me voy.

Al llegar, ya era la segunda clase, justo al límite...

-¿Por qué has llegado ahora?-Me susurra Saito, preocupado.

-No quiero que me expulsen otra vez, luego hablamos.

Cuando al fin termina la clase, en el intercambio para empezar la clase de historia, se rumorea que entra nuevo un pivón de chico...

-Dicen que es amable.-Me dice Saito.-Bueno, ¿y tu motivo es...?

-Mi prima pequeña se despertó por la noche y tuve que hacerle leche con canela.

-Ya veo...-Dice Saito.-¿Cuántos años tiene?

-10, pero...

-¡Callaos!-Gritó la profesora de historia, una mujer, en resumen corpulenta y enfadona por poco que la hagas.-¡Sentaos y no murmureis!

La obedecimos al instante, y me di cuenta, había un sitio libre justo delante de mí. Miraron a la puerta, mientras yo me entretenía dibujando en mi cuaderno.

-Este es nuestro nuevo alumno, se llama Byron McRuppert.

¿Qué coño...? Levanto la vista y le veo, a Byron, mi Byron.

-Encantado, espero que nos llevemos bien todos.-Dice con una amplia sonrisa.

-¿Qué te pasa?-Me susurra Saito preocupado.

Me desplomo al suelo, Saito me lleva a la enfermería.

-¿Cómo estás?-Me pregunta poniéndome paños fríos en la frente.

-Bien, gracias...-Le digo.-Es solo que...

-Le conoces.

-Sí, es Byron.

-Ya, eso lo se de la presentación, ¿Cuál es tu versión?

-Es... Un amigo con derechos.

-Vaya... Qué bien.-Dice sonriente.

-Si se puede llamar así...

-Pronto terminarán las clases, descansa.-Dice, me da un beso en la frente y se va.

-Qué aburrido.-Dice Byron, saliendo de dios sabe donde.

-¿Y Sara?

-Con Willo.-Dice calmado.

-Ya veo...

-Está en buenas manos, tranquila.-Me dice, acercándose a mí.

Me acaricia la mejilla.

-¿Por qué te desmayaste? ¿Es por la sangre?

-No, no es nada...-Digo forzando una sonrisa.

-Vale, duerme, cuando termine la clase vuelvo a por ti.

~Volviendo a Vivir~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora