Capitulo 9

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Cap. 9

Bien, día uno, el sueño de toda chica adolescente. Casi toda. Me levanto del sofá en el que he dormido hoy sin muecas ni quejas. Me he acostumbrado a cosas peores. Me dirijo al baño con la mochila en la mano y me doy una ducha rápida para posteriormente colocarme unos pantalones pirata estilo militar, desgastados, una camiseta de tirantes ajustada al cuerpo y una por encima de malla de camuflaje. Parezco recién sacada del ejército por lo que esbozo una mueca divertida. No me molesto en peinarme, me coloco frente al espejo y agito mi pelo con pereza dándole un mínimo de forma con los dedos. Tengo una melena rebelde.

Cuando he terminado bajo trotando por las escaleras. Hoy comenzara todo, espero que con buen pie. La cocina se encuentra vacía por lo que decido preparar el desayuno. No he mirado siquiera la hora. Reviso la nevera y los armarios encontrándome con provisiones para la supervivencia de, mínimo, un año entero. No recuerdo haber visto tanta comida junta fuera de un supermercado nunca.

Sirvo un vaso de leche y rescato de algún lugar galletas de chocolate con un cartelito, "Propiedad privada". Asumo que si me las tomo me meteré en problemas por lo que lo hago. Son demasiado tentadoras.

Escucho un ruido en las escaleras por lo que agarro MI caja y corro a esconderme metiéndome por el primer pasillo que encuentro. No soy una persona muy sociable y no quiero que me vean tomando algo que no es mío. Es Liam el que ha bajado. Suspiro, no le conozco realmente pero no creo que tenga problemas con él por unas galletas.

Vuelvo a mi sitio anterior sobresaltándole.

-Vaya, no te había oído. Buenos días -saluda ofreciéndome una sonrisa, de la que dudo de su sinceridad. No soy buena para descubrir esas cosas.

-Buenos días -musito llevándome la comida a la boca.

-¿No son esas las galletas de Niall? Te vas a meter en problemas.

Divertida le miro.

-Le comprare otras dos cajas si no se enfada conmigo esta vez.

Nos quedamos en silencio, uno que yo no interpretaría como incómodo. Al parecer él sí, porque abre la boca intentado iniciar una conversación.

- ¿Cuál es tu música favorita? -pregunta finalmente.

-Definitivamente, Rock -no dudo, mirándole ilusionada. La sola mención de música me alegra- creo que mi favorito es el clásico o quizá el Rock alternativo aunque tampoco me disgusta el punk, puede que el Rock Pop -continúo. Compruebo que realmente luce interesado.

-¿No escuchas nada más? -interrumpe Harry alzando posteriormente la mano en un saludo.

-Si, prácticamente disfruto con todos los géneros. El Jazz no está más, el clásico no es muy de mi estilo y el electrónico algo cargante. Pero hay buen Heavy Metal, algo de indie, alternativo, pop punk... e igualmente alguna música de otras culturas.

-¿Otras? No te entiendo.

-Si, como la música coreana. Dependiendo del grupo puede llegar a ser realmente buena.

Cuanto más hablo de mejor humor estoy, feliz como una niña pequeña. Hasta que un grito se deja oír. Creo que es el rubio, el de las galletas. Miro a Liam entretenida antes de levantarme precipitadamente y echar a correr por la casa, acercándome a la puerta.

-¡No tienes permiso para salir! -escucho a mis espaldas.

-¡Lo sé! -replico ignorando el recordatorio.

Los pasos finales resuenan, pero ya no les hago caso. Cuando vuelva van a estar enfadados, especialmente los dos con los que estuve hablando.

Tengo que encontrar un supermercado, el buen humor continua en mi sistema y no quiero empezar con mal pie con ninguno de ellos. Quizá haber reaccionado ayer mejor habría ayudado a ello.

Reviso mis bolsillos, encontrándome con el teléfono móvil. No recuerdo haberle cogido. Compruebo donde me encuentro pero de todas formas desconozco el lugar. Rio divertida, solo se me ocurre a mí.

Una llamada entra en el aparato pero la ignoro, debí suponer que tendría mi número. Comienzo a andar sin rumbo fijo tarareando una canción en el camino. "Cero" de Dani Martin resuena una y otra vez en mi cabeza recordándome que todo va a cambiar.

***

-¿Diga? -cuestiono inocentemente.

-¿Dónde. Estás? -exige saber el "responsable" de los cinco.

-¿Si vuelvo a casa no habrá represalias?

-¿Si vuelves ya? No, pero te doy cinco minutos.

Sonrío ampliamente, entretenida.

-Me parece justo.

Guardo el aparato en el bolsillo trasero y me dirijo al gran árbol del jardín. Cuando tenga tiempo debería buscar de qué especie es.

Con destreza y experiencia me cuelgo por las ramas, escalando y subiendo cada vez más alto. Supongo que el Parkour tiene sus ventajas, porque en apenas un momento he logrado llegar al techo. Me cuelo por el tragaluz de lo que será mi habitación recordándome mentalmente poner un candado dentro de poco. No es seguro mantenerlo abierto.

Escucho atentamente antes de decidirme a continuar. En la segunda planta una puerta se abre al pasar por delante, pero tras asomarse "Zayn" vuelve a meterse musitando un "estas en problemas".

Lo dudo.

Liam y Harry continúan donde los dejé, uno de ellos dando vueltas en círculos y mascullando cosas inentendibles una y otra vez.

-La queda un minuto -anuncia Louis, que no parece tan impactado- no lo va a lograr.

Niall se encuentra tirado sobre la encimera, quejándose sobre algo relacionado con chocolate.

-Sin represalias.

Me deslizo por la sala. El rubio me mira enfadado, dispuesto a replicar algo hasta que coloco dos cajas de galletas, como prometí, frente a él. El disgusto parece esfumarse de su cuerpo. Ojala funcionara igual con los otros dos.

-¿Por qué no contestabas al teléfono?

-Joder -susurro en mi idioma natal, que no es el inglés- Mmm... se me quedo sin batería -me disculpo con una mueca. Creo que será una disculpa que utilizare muy a menudo.

-No te creo, pero está bien. Cuando Zayn baje nos reuniremos todos.

Asiento y me deslizo en silencio al salón, tirándome en el sofá para ver la tele hasta entonces.

MelómanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora