Monster

IV. Conociendo al mal

Estoy en un bosque, corriendo y corriendo, intentando huir, intentando esconderme. La oscuridad me devora, los árboles intentan cogerme, los cuervos no paran de graznar y yo sigo, y sigo corriendo, sigo escapando. Hay una sombra, una bestia, ojos hambrientos, colmillos afilados, sangre, hay sangre por doquier.
¡Ella se acerca,no puedo escapar!
Caigo en la desesperación, estoy cayendo más y más profundo. La bestia ojiverde me ha devorado...

-¡NOOOOO!- Me despierto de golpe soltando un grito ahogado. Estaba asustada, mi respiración era entrecortada y un sudor frío cubría todo mi cuerpo.

-Una pesadilla... Sí, eso es, fue solo una pesadilla... -Me dije eso a mí misma para tranquilizarme, pero esa tranquilidad no duró mucho.

Comencé a mirar a mi alrededor y me di cuenta de que estaba en un sitio desconocido para mí. Era una habitación bastante amplia pero oscura, dada la decoración. Los tonos que predominaban eran oscuros: negro, rojo sangre y algunos toques plateados, le daban un estilo gótico, además de que los muebles parecían antiguos pero se conservaban en perfecto estado.

Ya más calmada y ubicada comencé a recordar poco a poco el día de hoy.
Hice aquello... Después de tanto tiempo... Luego huí... La moto... Sí, la moto estaba fallando... Llegué a una mansión... Los rosales... Entré y...

... Ellos ...

Inconscientemente empecé a temblar... El sueño, la bestia era aquel chico de ojos verdes. Tenía que salir de ahí ahora mismo, pero al intentar levantarme recordé un detalle más, mi pierna estaba herida. Al caer apoyé mal el pie, lo más probable es que tuviera una esguince ya que no estaba roto, sino, no hubiera podido ni dar un paso.

Lo extraño era que aún así dolía menos que antes, ahí fue cuando me fije en que alrededor de mi pierna había una venda y en la mesa de noche algo que parecía una pomada.

-No me lo puedo creer, ¿ellos trataron la herida?-Dije sorprendida.

-Así es, hasta que por fin despierta- Dijo una voz del otro lado de la habitación, pertenecía al chico de gafas.
En ese instante todos los músculos de mi cuerpo se tensaron y me puse en guardia.

-No pienso hacerle nada por ahora, así que no tiene porque comportarse de esa manera.-Dijo fríamente.

Me tranquilicé un poco, pero ese "por ahora" me hizo mantenerme alerta por si acaso.

-Si no es para hacerme algo, por qué estás aquí?-Mencioné con un deje de desconfianza.

-Solo venía a comprobar si ya había despertado, y a revisar como iba su herida-Dijo con el mismo tono frío mientras se sentó a mi lado en la cama.

-Ahora, si me permite-Con esas palabras, señala mi pierna.

Es un vampiro y, por supuesto, no confío en él, pero tampoco es como si tuviera otra opción así que extendí mi pierna colocándola cautelosamente en su regazo. Él comenzó a quitarme la venda habilidosamente, se notaba que tenía experiencia en este tipo de cosas. Cuando ya la había desenrollado por completo contemplé con algo de pesar mi pierna totalmente amoratada mientras él aplicaba la crema.

-Auch- No pude evitar quejarme, la crema escocía mucho y para colmo, él apretaba bastante las áreas inflamadas.

Ni se inmutó ante mi comentario, siguió su trabajo con un rostro inexpresivo, pero durante unos segundos, creí ver una pequeña sonrisa de malicia que se le escapó. Estaba segura que disfrutaba de mi dolor y que apretaba a propósito.

Al acabar de aplicar la crema y vendarme otra vez, dijo:

-Debería darse un baño, está cubierta de barro y hojas, cuando salga puede disponer de la ropa del armario ya que la suya quedó en unas condiciones lamentables, y por último, la esperamos en 20 minutos en el salón principal, tenemos que aclarar todo esto, así que, por su propio bien, no llegue tarde.-Con esto se dispuso a salir de la habitación pero lo detuve.