III. Caperucita no teme al lobo...

880 61 16
                                    

Me acerqué delicadamente intentando no despertarlo cuando pasó algo que no me esperaba.

-Tsk que ruidosa-dijo el chico algo fastidiado- Vete y déjame dormir

Me quedé atónita ante el comentario del joven ya que había intentado hacer el menor ruido posible para no molestarlo, tsk pues es su culpa por tener el sueño tan ligero además por qué esta durmiendo en el salón tendrá que tener un cuarto no?
Mientras pensaba eso la voz del chico me sacó de mi trance.

-No te quedes ahí parada simplemente vete tu presencia no me deja dormir-

Eh? Pero que chico tan maleducado!! Me gustaría ponerlo en su lugar pero por desgracia necesito su ayuda así que respire hondo para que se me pasara el enfado y decidí hablar.

-Hola siento haberlo despertado de su siesta y haber entrado así como así. Soy Aoi Shirayuki, estaba pasando por aquí cerca cuando mi moto tuvo unos problemas y me preguntaba si no tendrían herramientas que pudiera usar para repararla.

En cuanto acabé de pronunciar esas palabras una voz detrás de mi me sobresaltó.

-Vaya vaya vaya pero que tenemos aquí?-

Me giré inmediatamente para averiguar la procedencia de aquella voz. Pertenecía a un chico que estaba apoyado en uno de los otros sillones.

Era alto y delgado, tenía el cabello naranja y sobre el llevaba un sombrero negro con un lazo rojo oscuro parecía algo excéntrico comparado con el rubio pero lo que más me llamó la atención de él fueron sus ojos... Esos ojos gatunos de un verde tan profundo y brillante como dos esmeraldas. Eran tan seductores e hipnotizantes que sentía que no me podía mover. En cambio él no dudó en acercarse a mi, cuando me di cuenta lo tenía justo delante.

-Mmm que tanto estas mirando bitch-chan? Acaso ya has caído rendida a mis encantos ~ fufu ~

Dijo eso seductoramente en mi oído y lo lamió. Ahí todas mis alarmas saltaron no había duda no era un excéntrico sino un pervertido así que no me contuve y lo aparté de un empujón.

-Oye quién te has creído maldito pervertido!!!! - grité enfadada
Tsk tal parece que es uno de esos niños ricos mimados que se creen que pueden hacer lo que quieran con los demás.

-Oi que es todo este escándalo Ore-sama está intentando descansar- dijo alguien más. Era bastante parecido al pervertido del sombrero solo que este chico tenía el pelo rojo.

-Ah hola lo siento, soy... - no pude terminar mi frase cuando sentí a alguien lamiéndome la mejilla- Pero que rayos?!?!?! Me aparté lo más rápido que pude y vi a quien hizo eso.

Era un chico bajito de cabello lila y unas ojeras enormes surcando su rostro, además estaba abrazado a un oso de peluche. La verdad parecía muy siniestro... Todo esto esta empezando a darme muy mala espina.

-Oye Teddy esta chica huele muy bien no? También sabe muy bien es dulce quiero probar más- dijo esto con una mirada aterradora.

Un escalofrío me recorrió todo el cuerpo este tipo era un psicópata!!!

-Aléjate de ella Kanato, Ore-sama la vio primero ella será mi presa- al decirlo se relamió los labios.

Vale estas personas son muy pero muy raras será mejor que me largue de aquí lo más rápido posible.

-Emm saben creo que es mejor que me vaya, ya los molesté demasiado encontraré algún otro lugar donde conseguir herramientas- dije intentando sonar lo menos asustada posible.

-Dudo mucho que eso suceda ya que esta es la única casa en varios kilómetros a la redonda señorita-

Una nueva voz hizo acto de presencia en la sala. Esta vez era un chico alto de cabello negro y ojos rojos junto con unas gafas. Era el que más porte tenía de los chicos que había conocido.

MonsterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora