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-¡Oh! ¡Por Dios!- Chilla la puta criada que entra a la cocina sin siquiera anunciarse.

No se por que me siento tan asustada de que nos haya pillado la servidumbre, pero estoy acomodando mis bragas y mis pantalones cortos con manos temblorosas.

Harry solo esta ahí plantado observándome hacerlo y el pánico empieza a cerrar mi garganta.

-¡Lo siento mucho Sr. Styles! ¡Por favor perdone me!- La chica que cálculo tendrá unos 20 años, rara vez la he visto en la cocina, en este momento está sudando como un puerco y temblando como una hoja. Pero no me burló de ella por que no hace falta decir que me estoy orinando encima y no logro entender ¿Por que?

¡¿Que demonios pasa conmigo?!

Tal vez todavía no estoy lista para que Lena lo sepa.

-Salga inmediatamente y espere afuera- Entre todo el pánico que tengo en mi sistema escucho lo que Harry dice, mientras yo sigo temblando tratando de acomodarme la ropa.

La maldita criada sale por la puerta de la cocina a toda velocidad y yo sigo acomodando mi camisa mirando a cualquier lugar menos a Harry.

-Camille, ven aquí- Ordena y en ese momento me centro en su rostro, en su cabello revuelto por mis dedos y en sus labios rojos donde todavía puedo ver mi esencia impregnada.

Mis ojos están tan abiertos que temo que se salgan de sus cuencas.

-Camille- Vuelve a repetir y apenas y puedo llegar hasta el, lo cual es ridículo por que nos separan centímetros de distancia.

Cuando llegó a el, toma mi rostro entre sus manos y se inclina para que lo mire mejor.

-Escúchame bien bebé, tu atención en mi- Así que lo hago me centro en el todavía estática, con mi mente en blanco.

-Ahora mismo voy a salir y voy a decirle a la chica que no ha visto nada, que no ha pasado nada-

-Ella nos vio-

-Bebé concéntrate, ella no vio nada.

-¿Q-Qué? -

-La voy a despedir si dice lo contrario y me encargaré de que nadie la acepte en su casa nunca más-

-Está bien-

-Bien, ve a tu habitación- Dice y yo salgo sin siquiera mirar atrás.

Solo quiero llegar a mi habitación.

***************

Estoy en mi habitación y no dejo de pensar en lo que ha pasado, en como esa maldita chica entró sin más y nos vio.

Y ¿Si le dice a Lena? ¿Si no cumple su palabra?

¿Por qué mierdas me importa?

Tal vez por que aún no quiero que lo sepa.

Entonces Lena entra a mi habitación y en automático me tenso.

-¡Hey! Siento haber entrado sin permiso- Dice y me mira detenidamente.

-¿Te sucede algo?-

-No, estoy perfectamente bien- Calma Camille, en cualquier momento ella lo sabrá.

-Esta bien, solo venía a decirte que hoy en la noche habrá una pequeña reunión- Dice.

-¿Una fiesta? ¿De que? -

-Una "pequeña reunión" para celebrar que todo ha salido bien y que ya tengo todos los preparativos de la boda-

-¿Estas bromeando? ¿Una "pequeña reunión" por eso?-

-Si ¿Que tiene de malo?-

-Tu ni siquiera te encargas te de tus propios preparativos, fueron otras personas las que lo hicieron por ti-

-¡Por favor! ¿Podemos dejar de discutir sólo por un momento?-

-Está bien, ¿Qué quieres que haga?-

-Solo ponte guapa y preséntate-

-Está bien-

-Bien- Dice por último y sale de la habitación.

***************

El vestido que tengo puesto es bastante lindo, tiene mangas de tres cuartos, es negro, es bastante corto y tiene perlas brillantes adheridas en la suave tela. Mis sandalias son altas y negras, mi cabello esta ligeramente rizado al natural.

Cuando doy mis últimos toques de perfume a mi clavícula decido bajar.

La "pequeña reunión" no tiene nada de pequeña como lo supuse, hay gente elegante por toda la casa o mejor dicho mansión. Todas las mujeres aquí son hermosas y los hombres son bastante atractivo, la mayoría de la gente es joven como Harry y también adinerados como el.

Cuando me sumerjo en toda la muchedumbre, noto cuanto me miran pero ya estoy acostumbrada, se que tengo una belleza antigua y todas las perras de aquí se encelan por eso. Sigo caminando tratando de buscar a Harry mientras algunos me admiran y otros fingen ignorarme.

Se que soy hermosa.

Decido ir a la cocina en busca de el, pero todos los empleados, cocineros y meseros entran y salen desbocados por hacer su trabajo lo mejor posible. Así que descarto esa opción y me dirijo a la habitación dónde el llevan a cabo los asuntos de su empresa.

Tal vez este ahí.

Entonces es cuando veo al rey de Roma entrar a la habitación, y justo cuando decido seguirlo una rubia despampanante enfundada en un vestido blanco lo sigue fijándose en no ser descubierta.


DIVINE H.S #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora