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LA CHICA DE LA IMAGEN ES CAMILLE!

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Cuando salgo de la habitación se inconcientemente dónde esta Cecil, esa chica es tan predecible.

Comienzo a abrir las puertas de las habitaciones y en cada una hay personas liandose; chico y chica, chico y chico, chica y chica, una chica y tres chicos. Aquí no hay pudor y en otro momento esto me encantaría pero ahora mismo siento que en cualquier momento voy a explotar.

Necesito salir de aquí.

En la última habitación esta Cecil con dos chicos en la cama.

Ellos le están besando los pecho y el estomago, siento tanto arruinarle la fiesta a mi amiga pero ya no puedo más. Me estoy rompiendo.

-¡Cecil!- Digo llorando.

-¿Pollito? ¡Ven! ¡Hay espacio para alguien mas!- Sigo parada en la puerta.

-¡Cecil me quiero ir!- sollozo.

-¿Pollito que tienes? ¡¿Por qué coño estás llorando?!- Dice mientras hace a un lado a los chicos y comienza a ponerse su vestido.

-¡Callense maricones!- Insulta Cecil a los dos chicos que han empezado a quejarse.

-Consiganse a otra puta- masculla Cecil cerrando la puerta de la habitación con tacones en mano y descendemos por las escaleras para largarnos de aquí.

Es un martirio poder salir de esta casa pero lo logramos y le hacemos una parada a un taxi.

-¿Qué pasa? ¿Por qué te has puesto así?- Pregunta Cecil en el momento que montamos el taxi.

-Me quiero ir a Atlanta Cecil- Digo esta vez sin llorar, solo ida.
-Está bien ¿Cuándo quieres irte?-

-Está misma noche-

-Bien-

-Quiero ir por mis cosas antes-

-Camille no creo que eso sea adecuado para ti-

-¡Quiero ir!- Comienzo a gritar.

-¡Bien! ¡Bien! ¡Dios!-

***************

Estoy tratando de abrir la puerta pero por alguna extraña razón la llave no entra en la chapa.

-Dame eso, ni si quiera puedes abrir una puerta- Dice Cecil con gracia tomando de mi mano la llave para abrir la puerta.

El policía de la entrada nos dejó pasar por que reconoció mi voz.

Entramos a la casa y todo esta oscuro, le hago señas a Cecil con el dedo en mis labios haciendo referencia a que guarde silencio. Caminamos despacio y subo las escaleras esperando que Cecil también las suba.

Giro el picaporte y nos adentramos a la oscura habitación. Entonces noto una figura recostada en mi cama y al instante en que nos escucha se levanta a toda velocidad de ella.

Salto en mi propia piel y a Cecil se le escapa un pequeño chillido, corro a encender la luz y ahí esta Harry parado en toda su belleza.

Esta vestido con un pantalón negro de los que suele llevar al trabajo y una camisa blanca con las mangas dobladas hasta los codos. Los botones de su camisa estan abiertos hasta la mitad de su torso, tiene el cabello revuelto y sus ojeras están marcadas.

El primer instinto que tengo es reírme como una psicópata.

-¡Dios! ¡Me he hecho encima!- Suelto después de una carcajada.

Dejo de reír y entonces la tristeza, la ira comienzan a ser parte de mi.

-¡¿Dónde estabas?!- Harry nos sorprende a Cecil y a mi con el tono que esta empleado en su pregunta. Esta muy enfadado.

- ¡He estado muerto de miedo! ¡Te he buscado en todas partes y no contestas tu puto teléfono!- Habla un poco alto, pero ahora mismo no me importa si Lena esta en cualquier parte de la casa y que nos pueda escuchar.

-¡¿Dónde mierdas estabas?!-

-¡Oye idiota! ¡No le hables así!- Exclama Cecil detrás de mí y yo la detengo con el gesto de mi mano.

-¡¿Quién demonios eres tu?!- Dice Harry.

-Cecil ve empacando mi ropa- En el momento que esas palabras salen de mis labios el caos se hace presente en la habitación.

-¡¿Q-Que?!- Pregunta Harry y se gira hacia mi.

-¿Por qué va a empacar tus cosas?-

-Voy a irme a Atlanta en este instante- Digo.

-No, no, no- Comienza a repetir Harry una y otra vez, mientras pasa sus manos por su melena hechandola hacia atrás.

-No puedes irte ¡No me puedes dejar!- La desesperación tiñe su rostro y la satisfacción se llena poco a poco en mi sistema.

-Eso lo hubieras pensado antes de engañarme con el esqueleto ese- Digo con cara de poker y observo a Cecil acomodar mis bragas en la maleta que traje cuando vine aquí.

-Camille tienes que escucharme, yo llame a esa chica- Comienza a explicarme y yo lo interrumpo.

-¡No quiero escuchar tu descaro!- Digo de tajo.

-¡Por favor escúchame mi amor!- Me ruega desesperado.

-¡No quiero hacerlo!- Comienzo a exaltarme y Cecil deja de empacar las cosas para observar la escena que estamos haciendo.

-¡Por favor Camille!-

-¡¿Que vas a decirme?! ¡Que casi te acuestas con ella!-

-¡No! ¡Yo hiba a hacerlo pero me detuve! ¡No pude!-

-¡¿Por qué?! ¡No estabas cómodo cerdo!-

-¡POR QUÉ TE AMO!- Grita en mi rostro.

Y entonces el sonido se va y mi falta de habla también.

DIVINE H.S #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora