20 de abril

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Domingo. Me encuentro acostada en mi cama, quiero cambiar de posición y acomodarme a una más cómoda, pero sigo sin lograrlo. Me duele todo el cuerpo. Si me giro para la derecha, me duele la pierna, si me giro para la izquierda, me duele el brazo. No pude dormir mucho, pero las pocas horas que dormí, quiero que se repitan y poderlas disfrutarlas más.

Me levanto porque no me queda otra opción, busco mis muletas y camino hasta el baño, quiero darme una ducha, casi se me olvida el yeso, entonces busqué una bolsa y la até alrededor de mi pie enyesado.

Mi primer baño.

Fué relajante pero tengo que decir que también fué muy incómodo, me voy a tener que acostumbrar por dos meses más.

Probablemente me sacarán el yeso el 20 de junio.

Son las 13:17 y siento el sonido de la llave golpear la cerradura.

Mis padres.

Almorzamos, me contaron algo sobre su trabajo que no escuche mucho porque estaba ocupada con mi pollo asado, hacía mucho que no comía algo rico, no les recomiendo nada la comida del hospital. Por lo que escuché, a mi mamá no le está yendo mal en su tienda de ropa, aunque a veces viene agotada por comprar a la noche la ropa al mayorista y suele llegar tarde, mi papá tampoco le está yendo mal en su trabajo, así que con eso estoy bien.

Subí a mi habitación como pude, esto de caminar con muletas no es tan sencillo como parece pero como siempre, hay que acostumbrarse, creo que ya lo estoy superando, ya voy por casi los últimos escalones y cuando pongo las muletas en el siguiente escalón, una de ellas se resbala y caigo por unos 10 o 15 escalones, estiro el brazo para tratar de agarrarme de la baranda pero no lo logro, siento como mi cabeza da con la suave alfombra que cubre el principio de la escalera, ¡Bendita sea la alfombra! Aunque me golpeé fuerte, sin la alfombra habría dolido aún más.

Recojo las muletas y busco hielo para aliviar un poco el fuerte dolor que siento en mi cabeza, si estuvieran mus padres aquí ya me hubieran ayudado.

Rebusco en el frizzer entre hamburguesas y pizzas congeladas y ¡Bingo! Encontré el hielo.

Tocan el timbre.

¿Quién será?

Abro la puerta y veo a Niall, sonrío.

-Hola, princesa- me dice, siento como se me pone la piel de gallina cuando me dice así, es muy tierno.

-Hola-sonrío- Pasa- me hago a un lado para que pueda pasar.

-¿Qué haces aquí?- cierro la puerta.

-Tus amigas me dijeron que ya te habían dado el alta, entonces aquí estoy- sonríe, es tan lindo cuando lo hace.

-Oh, siéntate- le señaló el gran sofá ubicado en el medio del comedor.

Se sienta y lo imito pero, en cambio, a una buena distancia.

-¿A donde te gustaría ir?- me pregunta.

-Nosé- le contesto- ¿Y tú?

-No hay muchas opciones ya que no puedes manejar muy bien tu pierna, pero estaba pensando en ir al cine ¿qué piensas?- ¿Al cine? Fantástico, es lo mejor para un domingo aburrido como los demás-

-Genial, ¿vamos?-

-Claro- nos levantamos y él se adelantó y me abrió la puerta- Las princesas primero- Hace una reverencia, río.

-Gracias.

Cuando llegamos vimos la cartelera y casi no había nada para ver, pero elegimos "Ciudades de Papel", como ya leí el libro ya se de lo que se trata y estoy más que ansiosa para verla.

Terminamos de ver la película y me encantó, la mejor que ví.

-Gracias por estar aquí- digo.

-Todo por tí, princesa- me abraza.

Ya me había olvidado de mi dolor de cabeza al caerme.

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Holaa, ¿todo bien?
Espero que les guste este capitulo y gracias por leer♥

-Agos

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