11: ¿Recuerdas ese día?

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Corría la mañana de un 28 de octubre•
Me levanté. Como siempre. A la escuela. Mi cabello despeinado y maquillaje corrido gracias a las vueltas en la cama, tras la noche.
Había dormido mucho, me alisté. Lo necesario.
Cuando llegué a la escuela, una amiga comenzó a platicar del que le gustaba. Me aburrí de sus lloriqueos. Veía a todo el mundo. Y te vi. Distraído, perfecto. Ojos cafes iluminando el aburrido día y opacando los comentarios de América sobre ese chico. Sonrisa perfecta, labios carnosos y tus hermosos cachetes. Chaparrito pero tu estatura era perfecta. Desde ese momento supe que mi vida cambiaría completamente, se llenaría de mensajes de texto y sonrisas iluminadas por tus comentarios tontos. Pero difícilmente perfectos.
Desde ese momento supe que te amaba.
Cuando salimos a receso me senté junto enseguida de las gradas para observar tu posiblemente imposible perfección. Posible porque eres perfecto. Pero imposible porque no podía, ni pude, ni podré tenerla. Tomé mi libro y comencé a leer un capítulo más. Cuando decidí tocar mi comida, te miré. Me miraste. Sonreí y sonreíste. Y me enamoré perdidamente de tu sonrisa; simpática y blanca como la nieve. Rota como las tormentas y triste como la lluvia. Pero terriblemente feliz como un arco iris.
Llegué a casa y te mandé un mensaje. Comenzamos a platicar esa noche. Y te amé. Tus comentarios inteligentes, tu belleza interna y tu carisma. Pasó el tiempo y te fui queriendo. Poco a poco nos ganamos el uno al otro. Pensé y recapacité. Me gustó un chico. Una vez; lo recuerdo. Te enojaste y me dijiste que me haría daño. Estabas celoso; pero tenías razón. Me hizo daño y tú sabías. Me jalaste del abismo cuando deseaba caer. Me tomaste de la mano cuando todos me soltaron, comenzaste con tomarme de la mano al cruzar la calle "No querías que me atropellaran". Mentira. Sabía que lo hacías porque me querías. Después llegaron los abrazos cariñosos y cada vez que plantabas besos en mi mejilla iban cada vez más cerca de la boca. Me besaste. Y fue hermoso. Y pensé que me querías. Todo sucedió tan rápido.
Pero sólo quiero que recuerdes las miradas de ese 28 de octubre.

Porque...
Esas miradas,
Jamás...
Jamás regresarán.

Un 28 de octubre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora