Un 28 de octubre.

Suicidio.

"Perdón sí te molesté con mi mensaje (sé que estabas esperándolo). Sólo quería que supieras que estás en mis pensamientos la mayoría del tiempo (supongo que ya sabías). Quería decirte que no puedo más (quería escuchar tu voz como último sonido de mi vida) no puedo vivir sin ti. He estado escribiendo varias veces ésta carta con motivo de encontrar un comienzo lindo. Pero no tiene sentido. No encuentro nada que se pueda parecer lindo al escribir una nota de suicido. Te amé, te amo y te seguiré amando ¿entiendes? Sé que no te importa pero espero y cuando leas ésto rías. Sólo es para ti. Te amo, G. Es difícil mi situación y siento que mi mundo se me cae a los pies. No es tu culpa, es la mía; por ser tan estúpida. No tuve el suficiente valor como para no dejarte ir ¿sabes? Te amo como no tienes una maldita idea. Moriré con el sabor de tus labios en los míos; recordaré la última vez que lo hiciste. Como sea, odio los rodeos. G, tú eres una maravillosa persona y espero y seas feliz con ella. No te merece, es una perra y la odio pero espero y te haga feliz. Te amo"

Al terminar de escribir la carta, aquélla rota chica se colgó de una cuerda amarrada del ventilador. Con lágrimas en los ojos dobló las piernas hacía arriba y empujó el banco. Susurró a la oscuridad "Te amo, G" y dos pequeñas lágrimas cayeron de sus rosadas mejillas. Su pequeño corazón dejó de latir y seguía sintiéndose vacía. Se dice que ella amaba a aquél chico que algún día fue su mejor amigo. Se dice que él la dejó por otra chica malvada y mentirosa. Se dice que ella escribía melancolícas cartas de amor para ese chico en una pequeña rojada libreta de cuero. Se dice que la última hoja era una carta de suicidio; la chica había muerto mientras el chico le escribía poemas melancólicos a ella.

FIN DEL PRIMER CUADERNO.