Entre el odio y el amor ♥

Capitulo 1 ¿Quien es el?

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Se creativo, y hazla tu mismo-

El puto despertador sonaba sin parar y por más manotazos que le daba no se apagaba, hasta que al final lo encontré y acabo estrellado contra la pared. Me gire y seguí durmiendo.

Cuando por fin desperté, vi donde me encontraba. En mi infierno personal. Era mi primer día de clases, en el maldito internado. Pero este sería el fin, el último año en el prestigioso Caxton Collage.

Me levante de un salto, me duche rápidamente y me puse el horrible uniforme. Como en todo internado era obligatoria, pero lo podía personalizar y yo así lo hice nada más me lo entregaron. Me puse la camisa blanca haciendo un nudo  al final quedando por encima de mi ombligo, la falta escocesa beige y marrón chocolate que por suerte me quedaba a mitad de muslo por lo arreglos que le había hecho. La corbata roja y las calzas blancas, con un pequeño detalle que le había añadido colocando un lazito rojo en la parte superior a la altura de mi rodilla. Me supe los zapatos de tacón, agarre la americana negra con el logotipo del internado.

Pero antes de seguir con mi historia me voy a presentar. Mi nombre es Isabel, pero todos me llaman Isa. Tengo 18 años. Soy morena – bueno voy a épocas, tan pronto soy morena, como castaña, como rubia – , con unos ojos rasgados de un bonito marrón chocolate, Tengo un buen físico, no es que sea creída, pero me gusta cuidarme y también soy una de las capitanas del equipo de voleibol. Unos labios carnosos y una bonita sonrisa blanca.

De forma de ser me describiría con una persona con un carácter muy fuerte, pero desde mi punto de vista está bastante justificado. Mi pasado es una mierda. De pequeña todos se metían conmigo porque estaba gordita, aunque creo que lo suavizo estaba bastante gorda, los niños y niñas de mi antiguo colegio me pegaban y me insultaba. Las que creía mis amigas en aquel entonces me la jugaron y la verdad que no confió en mucha gente.

En las tres personas que mas confió son mis amigas y mi mama.

Sophie lo es todo para mí, es como la hermana que nunca tuve. Fue a la primera que conocí aquí dentro y desde entonces somos inseparables, ella es una de las personas más dulces y con un sentido común flipante. Me ayuda en todo, ella simplemente, es especial. Aparte de dulce, es cariñosa, sincera, simpática y como yo le digo para fastidiar es mi empollona. Físicamente es impresionante, rubia con el pelo súper rizado – a mi parecer me encanta el volumen, aunque ella lo odie – sus ojos son de un azul mar muy clarito, labios carnosos, dientes perfectos, mirada seductora y por supuesto con un cuerpo de infarto, trabajado junto conmigo en las clases de vóley.

Luego esta Clara, ella es una niña caprichosa y muy consentida. Ella es la hija de uno de las familias más ricas del país, pues sus padres tienen una agencia de publicidad muy reconocida tanto a nivel nacional como internacional. Ella fue adoptada al cumplir los 10 años, y por ello la consienten tanto, pero aun así, es un amor, a mi me ha ayudado muchísimo y cada dos por tres me regala ropa, pues ella es muy generosa. Físicamente ella es morena y su precioso pelo le llega hasta la clavícula, tiene una mirada azul muy penetrante que intimida a muchos chicos, tiene una sonrisa preciosa y un cuerpo trabajado por sus horas de entrenamiento en el patinaje.

Y por última la persona que más me conoce y en quien más confió. Mi madre. Ella es única. Es perfecta. Aunque a lo mejor no me creáis puesto que es mi madre. Victoria. Aunque todos las llaman Vicky, ella dice que le hace parecer más joven. Ella lo es todo para mí – Aunque creo que como toda madre lo es para sus hijos – Digo todo eso de mi madre porque me ha sacado a delante ella sola. Ella es enfermera de un hospital privado y la verdad que hace muchas horas para que no me falte de nada, a decir verdad somos bastante humildes. Mi padre murió unas semanas antes de yo cumplir los 8 años y fue un duro golpe para mí. Yo estaba muy unida a él. Lo extraño horrores, pero ese ahora no es el tema. Mi mami físicamente es parecida a mí. Aunque lleva el pelo tintado de rubio y tiene unos bonitos ojos color chocolate. Y su espectacular físico, no tengo ni idea como lo conserva, imagino que genética, porque mi madre come lo quiere y no engorda, ya que ella, deporte cero.

Y lo mejor de todo, TODAS ESTAMOS SOLTERAS.

Y bueno os preguntareis que tal con los chicos, ¿no? Y la verdad fatal, aun no a llegado el chico que haga que mi mandíbula se desencaje y sé que dentro de este estúpido sitio no lo hare y por ello rezo por que en la universidad aparezca, si no me veo haciendo la secuela, de virgen a los cuarenta. No me suelo enamorar con facilidad, pero sé que el día que lo haga, daré mi vida por esa persona.

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Ya arreglada con el uniforme escolar, me dispuse a bajar al  hall. Pues tenía que ir a buscar a mis amigas, en todo el verano no nos aviamos visto y las echaba mucho de menos.

Baje las escaleras los más deprisa que pude, hasta que al final de las escaleras vi al director y frene en seco – Mierda de normas –. Cuando empecé a bajar como la señorita que soy, observando a mi alrededor, lo vi. Estaba junto a nuestro “querido” director y otro hombre.

Era un dios griego con apariencia de chico malo. Pelo castaño alborotado, unos labios que te decían “devórame”, una sonrisa preciosa, que enseñaba su perfecta dentadura blanca. Tenía una cara de niño bueno que le hacía irresistible. Vestía unos jeans claros ajustados, que le realzaban su precioso… Dios que culo!!! y una chaqueta negra de cuero, donde se podía apreciar unos musculosos brazos y una espalda ancha y debajo una camiseta blanca.

Después de mi pequeño escáner a mi particular dios griego seguí bajando, sin apartar la vista de él. Hasta que se giro y me pillo mirándolo de arriba abajo. Una vez que su mirada se cruzo con la mía quede hipnotizada, un calambre recorrió mi espalda.

Y hasta que él no aparto la mirada para seguir con su conversación, yo no seguí con mi camino.

Mi cabeza iba a mil, haciéndose preguntas ¿Quién era?¿A qué curso iría?¿Tendría novia? – Nuevo sabía que era, pues en mi vida lo había visto, y os puedo asegurar que de un dios así, me acordaría – No tenía que hacerme ilusiones, pues no sabía nada de él.