Capitulo 6. Esto no me puede pasar a mi

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Llegamos al lujoso restaurante, ubicado en la parte superior de la Plaza de los Ciervos de la Moraleja.

Era un espacio muy actual, donde todo el foco de atención recaía en unas vigas de madera, pareciendo que estaban suspendidas en el aire. También destacaban las paredes, totalmente repletas de platos de Talavera, todos de diferentes motivos decorativos. Los muros interiores estaban pintados en un burdeos clásico y la carpintería lacada en negro.

Gire la mirada y a lo lejos, en una mesa decorada impecablemente, vestida con su mantel blanco con adornos grises, se encontraba mi dios griego. Un escalofrió recorrió mi cuerpo, me disculpe con mi madre y me dirigí a los baño a retocarme.

Quería verme bien, para ese Adonis que había entrado en mis sueños

P.O.V. (Punto de vista) Izan

Hay me encontraba yo, en uno de los restaurantes más caros de Madrid, disfrazado con un estúpido traje. Mi padre me había soltado la bomba al llegar hoy a casa del internado. Se iba a casar. Y hoy sería la presentación oficial, conocería a mi nueva “madre” y a mi querida hermana. Divertido ¿ehh?. Solo esperaba que la chica estuviese buena, pues así me podría divertir en casa, claro siempre que mi padre no se enterara, pues ya me había advertido que la mantuviese guardada.

Una preciosa mujer rubia con un cuerpo de infarto para su edad, se acerco a nosotros. Mi padre como buen caballero que es, se levanto y le dio un casto beso en la mejilla. Me levante de mi asiento y se hicieron las presentación.

-Izan, te presento oficialmente a Vicky, la mujer que me ha robado el corazón. Amor el es mi hijo, Izan.

-Encantado. – Dije mientras le das dos besos en las mejillas.

-Encantada. – Dijo ella con una sonrisa deslumbrante. – Mira hay viene mi preciosa hija.

Cuando me gire me quería morir. ¿Qué coño hacía ella aquí? No podía ser, debía ser una broma. Mi cara debía ser un poema, pero la de ella no se quedaba atrás. Estaba impresionante con ese vestido negro. La verdad que el odioso uniforme no le hacía justicia, y tan solo un par de veces la había visto vestida de calle. Pero esto superaba todo con creces. Tenía unas preciosas piernas largas y torneadas y esos zapatos de tacón la hacían ver más irresistible.

Vicky empezó a hablar y me saco de mis pensamientos.

-Ven hija, te presento a Raúl, Raúl ella es mi pequeña Isa. – Tan pronto los presento se acercaron a darse dos besos en las mejillas.

-Bueno Isa, él es mi hijo Izan.

De mala gana me acerque a darle dos besos y le susurre al oído “Perfecto, ahora serás de la familia”  A ella le cambio la cara pero rápidamente se repuso y hablo.

-La verdad Raúl, ya nos conocemos. Estudiamos en el mismo lugar y aparte somos compañeros de clase.

-Mejor, así tendrán más tiempo de conocerse.

-Perfecto. – Soltamos los dos al unisonó, irónicamente. Los dos nos quedamos mirando y ella se mordió el labio.

Esos labios que habían sido mi perdición desde el día que los probé. Tan suaves y delicados. Desde el día que la bese, había soñado casi todos los días con ella.

Estando en el hospital con mi padre solo pensaba el día de volver al internado para volver a verla y poder besar esos labios.

Desde el primer día que la vi bajar las escaleras me había llamado la atención, pero en el momento en el que choque con ella vi que era una estúpida arrogante con la cabeza hueca, pero aun así, cada vez que la veía no podía dejar de mirarla.

Entre el odio y el amor ♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora