La Guardaespaldas 2da Parte

Capitulo: 1 " Tiempo después."

-Hola preciosa! -abrazando mi cintura. Sonreí.

-hola. -me di la vuelta y lo abrace por el cuello-

-te extrañe!

-y yo a ti. -lo bese.

-sabes, estuve pensando que podríamos desayunar en el jardín.

-me parece excelente -sonreí

-de acuerdo, estaré afuera

Me termine de arreglar y salí al jardín sonriendo, pero al instante desapareció, todo estaba obscuro y frio, mire mis manos y tenia sangre, por un costado un hombre de traje aprecio y me sonrió.

-te lo dije, no puedes huir...-miro mis manos- te hubieses quedado con el, nada le hubiese pasado.

-No! Donde esta? -dije asustada.

-Muerto.

-Michael! No! -llore.

*PIP PIP PIP PIP* (la alarma sono)

Me desperté agitada tomando mi cabeza, mire mi reloj 7: 45 Joder pensé. Me levante rápidamente y entre al baño para lavarme la cara mientras recordaba el sueño que había tenido.

Habían pasado ya un año desde aquel ultimo beso, desde la ultima vez que lo vi.
Me había dispuesto a ocuparme de mi trabajo asi que, si, me vine a Seattle y me dispuse a trabajar con el FBI.

No e visto a Michael desde ese entonces, no sabia nada de el, ni como se encontraba, solo sabia que estaba a punto de sacar su nuevo disco Dangerous y al parecer le iba bien.
Había sido muy cobarde en irme y lo admito, lo extraño mas de lo que me podía imaginar pero también sabia que juntos no teniamos futuro. El era una persona maravillosa que no encajaba conmigo, yo era una persona que ama estar sola y le gusta meterse en problemas y liarse a tiros.

Me encontraba viviendo en un departamento con mi fiel amigo canino spike, aun recuerdo la vez que lo encontré en un callejón abandonado, solo y asustado, un cachorrito, nadie quiso adoptarlo y muy rara vez el me comprendía así que me lo quede y desde ese entonces a sido mi fiel compañero.

-Hola spike, quieres comida? -camine a la cocina con el siguiendome atrás y le serví comida.

El timbre sono. Fui abrir la puerta.

-Aun no te has cambiado? -me miro confusa.

Ella era mi amiga Monica, una tipa morena de unos veintiséis años compañera de trabajo. Nos habíamos conocido no muy amablemente, si no que nos agarramos a golpizas en el gimnasio de la agencia y desde ahí nos hicimos grandes amigas.

-Lo siento, me quede dormida, voy corriendo. -sonrei divertida.

-jaja apurate, perderemos nuestro desayuno. -dijo sentándose en el sofá.

Ya cambiada despedí a spike y corrimos por nuestros desayuno y de ahí a la agencia.

-crees que estará de buen humor el jefe hoy?

-a que te refieres? -confusa.

-quiero pedir el pase a Los Angeles. -miro distraída la puerta.

-hablas enserio? -mire bien su mirada muy decidida- si, definitivamente hablas enserio.

-Mi familia se encuentra allí y me gustaría pasar mas tiempo con ellos.

-Bien, averiguemos si el jefe se encuentra de buen humor -sonreí.

Entramos a la agencia riendo de bromas que Monica hacia, me dispuse a tomar mi café con tostadas que todos los días íbamos a comprar con Monica a una cafetería a diez cuadras de a qui, mientras leía un informe que se encontraba en mi escritorio.

Tenia que admitir que estar en un escritorio ocho horas era mas agotador que proteger al mismo presidente, diablos! Como e aguantado un año sentada en un escritorio sin una bala que disparar? se sentía demasiado diferente, tranquilo...

-Oigan escuchen! -dijo el jefe. - quiero total profesionalismo, hoy vendrá el nuevo director del servicio secreto
Mark Sullivan y va a leer los expedientes de los postulantes para nuevos agentes, de acuerdo? Es todo.

-Mark? Quien es ese tipo? -pregunto Monica quien llegaba justo cuando terminaba de hablar el jefe.

-Es el nuevo director del servicio secreto.

-y que hace en Seattle?

-Viene a llevarse a los postulantes para Washington... Por cierto, tu estas postulada, no?

-cierto, lo había olvidado por completo, no creí que vendrían...

-Pues, es una gran oportunidad.

-Lo es! -dijo con una sonrisa y se marcho.

Las horas pasaron, me encontraba volviendo del almuerzo, todos estaban trabajando en total silencio cosa que indicaba que Mark sullivan ya estaba aquí, eso era bueno ya que hoy me diría si volvía a Washington o permanecería mas tiempo aquí.

Mark sullivan fue un gran mentor para mi, el fue quien me entreno durante años cuando aun era un aspirante y no tenia ni una mínima idea de como defenderme. Era entrenador de la academia y muy buen agente...

Toque la puerta.

-adelante...-dijo del otro lado.- oh dios! Aquí esta una de mis mejores creaciones! -dijo sonriente.-

-Mark -estreche su mano- es un gran honor verte luego de varios años -me sente.

-como estas _____? Que hace trabajando una de mis mejores agentes con el FBI? -levanto una ceja sorprendido- y en un escritorio... -froto su barbilla y miro al director. - es muy raro que aun no haya echo ningún tipo de protesta -sonrio.

-Gutierrez es un bastardo -sonreí- pero no puedo quejarme, necesitaba un descanso, me han disparado varias veces y yo misma me ofrecí a colaborar aquí.

-pues... -hizo una pausa para pensar lo que iba a decir. - creo que es suficientes vacaciones, no le parece señor dowson? -lo miro esperando respuesta.

-Por mi esta bien, la verdad... Nos a sido de gran ayuda y gracias a eso estamos mucho mas cerca de atrapar un grupo de narcotráfico, así que... -me miro- aquí termina su trabajo agente.

-perfecto. ________? -lo mire- estas lista para volver a la casa blanca?

-Por supuesto señor.

-pues, me alegro porque voy a necesitar a mi mano derecha y tu eres la mejor.

-que paso con jim? -lo mire confusa-

-esta por ser padre así que lo pase a un escritorio, el esta contento, menos trabajo.

-Bien. -estrecho su mano a lo que acepte.

-mañana por la noche sale tu vuelo, te sugiero que empaques. -sonrio.

-de acuerdo, gracias! -me levante dispuesta a irme pero me detuve y lo mire. - una duda...

-dime.

-Monica gaztabide, aceptala...

-de acuerdo, jefa... -sonrío.- vete de aquí a empacar. -

Sonreí satisfecha y salí de la oficina directo a mis escritorio. Preparando mis cosas y dejando papeles en orden escuche como llamaban a Monica y el director Dowson quien me miro y sonrió cómplice se fue hacia su oficina.