V: Por sangre

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Parada frente a unas enormes puertas de lo que parecia ser oro, Nela comenzo a sentir ansiedad.    Detras de esa puerta, sus verdaderos padres la estaban esperando, y no sabia como sentirse respecto a eso.  ¿Feliz o triste? Despues de todo, ellos eran las personas que la habían abandonado. 

Apenas había salido de la cueva junto a Kilian, un montón de gente en ropa rara los esperaba. Al verla, todos se inclinaron en una reverencia, y Nela pensó que jamás se había sentido más incómoda.  Muchos de ellos lloraban, emocionados por el éxito de Kilian en su misión, y en especial por el regreso de la Princesa al palacio. 
Enseguida un grupo de mujeres se llevaron a Nela. La escoltaron por unos jardines de ensueño,  pasillos laberínticos en los que juraría perderse, y finalmente la dejaron en una habitación de paredes altísimas y una decoración exquisita.

Se sentía tan perdida. Tanto espacio, tanto lujo, tanta enormidad  solo para ella, no la hacía sentir cómoda para nada. Todo eso no era algo a lo que Nela estuviera acostumbrada, y para ser sinceros, ni ella misma sabía si algún día podría acostumbrarse. Había vivido su vida entera en una casa pequeña, con techos bajos y paredes finas, con las habitaciones justas para los integrantes de la familia, y sin tantas decoaciones y a pesar de las "carencias", ese era su verdadero hogar.

Cuando se dio cuenta de que se había quedado parada en una esquina de la habitación, decidió ir a sentarse a un sofa para dos personas que había justo frente a ella, pero a medio unos golpes en la puerta la detuvieron. Suspiró aliviada, comenzaba a sentirse perdida en ese lugar tan enorme, pero cuando abrio la puerta, se arrepintió. Dos mujeres de extraña apariencia estaban esperando detras de la puerta. A penas la vieron, hicieron una reverencia.

-Realmente no es necesario que hagan eso. -dijo Nela con una mal disimulada cara de incomodidad-. ¿En qué las puedo ayudar?

-Bueno, es usted la Princesa. Es estrictamente necesario que hagamos "eso" frente a usted -dijo

-Sabemos que su majestad ha de estar agotada por el viaje, pero necesitamos prepararla. -dijo una de las gemelas. Mi nombre es Zuvac, ella es mi

-¿Prepararme? -preguntó Nela-

-Sí, -respondió la otra- Los miembros de la corte están realmente ansiosos por conocerla, señorita. Especialmente los reyes. No diga nada, pero sus padres prácticamente no han dormido desde que Killian avisó de que emprenderían viaje.

Solo hizo falta nombrar a los reyes para que el mundo de Nela comience a temblar nuevamente. Apenas estaba digiriendo que ella era una princesa, de un loco reino en quién sabe dónde, y que la gente de ahí usaba magia. Todo sonaba muy loco, pero extrañamente estaba tomandoselo bien. Sin embargo, que le nombren a sus padres, esas personas que la abandonaron a minutos de haber nacido, la desmoronó por completo. Nela no sabía si estaba realmente lista para concoerlos. Ella tenía en claro que nada ni nadie iba a poder reemplazar a aquellas personas que dedicaron su vida entera a criarla y llenarla de amor, pero estaba asustada. Muy asustada.

En medio de esta reflexión, las mujeres habían sacado de un armario un bellísimo vestido gris. Las mangas llegaban apenas debajo del hombro ,la tela era semi transparente y estaba bordadacon pequeñas piedras brillantes. El resto del vestido estaba elaborado con una tela fría, liviana y semi opaca. Era simplemente majestuoso.

Nela casi ni se dio cuenta que las mujeres la desvistieron y le pusieron la prenda. Tampoco cuando recogieron su cabello y pusieron pequeños diamantes de adorno. Seguía divagando acerca de cómo iba a reaccionar al ver a sus padres biológicos.

-Señorita, ya está lista. La están esperando en la puerta para irse.

-Está bien. -dijo, aturdida por las emociones que le recorrían el cuerpo. Empezó a caminar con pasos pequeños y apretándose las manos. Prácticamente no reparó en como iba vestida, hasta que antes de llegar a la puerta, ésta se abrió, y un Killian vestido en una armadura dorada apareció frente a ella.

Como Ráfagas de SolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora