Un día al dar un paseo por Salburua, los humedales y el parque vi una escena que me emocionó. Una niña de unos 6 años agarraba a su perrita, ya anciana, con un cuidado y una delicadeza digna de ver. Le daba agua, le mojaba la nunca y la hablaba mientras le miraba a los ojos.
- Pero ¡si es Maka! - que alegría me dio comprobar que me había equivocado. Afortunadamente me tuve que tragar todos aquellos sacos y culebras que había dicho de Mikel. Aquella pareja que estaba con la niña y la perra eran Mikel y Lourdes. Blanca seguía siendo aquella niña guapa y simpática que tanto quería a su abuelo y a la perrita de éste.
-¡Qué bonito! Maka era feliz con aquella su familia, había prometido cuidar de todos ellos hasta el final de sus días y así lo estaba haciendo. ¡Qué alegría!
Al irme para casa llena de felicidad no podía dejar de pensar en Maka y en que esa perrita tenía un ángel. Pero por otro lado se me encogía el corazón pensando en que existen muchas Makas, Lupes o como quiera que se llamen en la perrera. Ellos no tienen tanta suerte y sin embargo, también merecen una oportunidad, un hogar, una familia que le cuide y a la que cuidar.
Y me despido pidiendo un deseo ¡me gustaría que todos los perros fuesen Maka y que todos tuvieran un ángel como ella!
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El ángel de Maka
Short StoryY soñé con que escribía cuentos con perros como protagonistas, algunos reales y otros inventados. Y me imaginé que las historias que contaba se hacían realidad. Y lloré con algunos relatos y me estremecí cuando contaba casos que habían sucedido de v...