El comienzo

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Prologo

*En esta historia el edificio del Empire State fue creado antes de de 1700, lose es raro pero para hacer historia hay que cambiarla*

Era el solsticio de verano del año de 1703 en la ciudad de Nueva York, todo parecía normal una típica tarde pero nadie se percataba de la pequeña tormenta que se estaba formaba justa en la sima del Empire State.

Bueno casi nadie una chica de aproximadamente 26 se para enfrente de la entrada y volteó hacia arriba y pudo ver la tormenta, la chica nunca se sintió tan intimidad en su vida , aunque la verdad no le preocupaba mucho ella si no a la pequeña que traía en su brazos.

Se armo de valor y entro al edifico y fue con el recepcionista.

-Quiero ir al piso 600 por favor. -dijo la joven firmemente, pero el recepcionista solo la mira como si ella estuviera loca.

-Lo siento señorita el edificio solo tiene 102 pisos. -se limitó a decir el recepcionista, la joven era de una paciencia muy limitada tratándose de hombres.

-MIRE SEÑOR NO ESTOY PARA JUEGOS Y DEME LA TARJETA DE PARA EL PISO 600. -la chica habló lo suficientemente mente fuerte como para que alguna personas se le quedarán viendo, el recepcionista solo asintió intimidado por la rudeza de la chica y le entregó una tarjeta dorada.

La chica la tomo de una manera brusca y se dirigió hacia el ascensor sin decirle gracias y con paso presuroso.

Entro en el y sin decir nada le entregó la tarjeta a la persona que se encarga de presionar los botones del elevador. -Que estúpidos son los mortales- penso y se limito a esperar que el elevador subiera 600 si estuviera en otras circustacias solo habria apercido en el olimpo se lo impedia sus poderes se limitaron desde que ella llego .

La joven se sentia demaciado vieja hace mucho que no cambia su forma de la de una niña de 12 años pero era necesario, la gente en esta epoca era demasiado conservadora y si vieran a una niña de 12 años conuna bebe en brazos seria un escandolo total y mas estando sola.

El sonido que anunciaba que habian llegado a su destino la saca de sus pensamientos, espero unos segundos tomo una gran bocanada de aire y salio de ahí.

AL momento de que su cuerpo saliera completamente su imagen cambio, su escandaloso peinado se convirtio en una trenza que caia sobre su hombro drecho, sus escandaloso vestido que estaba hecho de capas y mas capas dsaparecio dejando a la luz una toga estilo griego del mismo todo de la luna .

Todos que pasaba junto a ella le hacia reverencias en forma de respeto, mientras que ella no se dignaba a verlos pero a los habitantes del olimpo no parecia importarle el comportamiento de la Diosa y a ella tampoco le importaba lo que aquellos pensarn solo queria llegar con los demas y acabar esto por una vez.

Las puertas de la sala del trono estaban abiertas se quedo parada viendo una escena bastante peculiar.

Los once olimpicos convivan como si nunca hubieran tenia diferncias o encuetros desagradables, incluso el dios del inframundo hablaba sobre temas triviales con los otros dos grandes.

Camino hasta el centro con paso seguro pero a mitad de camino se dieron cuenta de su presencia y las risas y las conversaciones cesaron ahora lo unico que se oía en aquella gran sala eran los pasos decididos de chica.

Todos la miraban serios menos su gemelo el tenia un semblante relajado y busrlesco como si la exsitancia de la pequeña fuera una burla o algo común.

Cuando llego al centro justa al lado de ella aparecio una pequeña cuna y Zeus hablo.

-Dejala ahí- dijo el rey de los dioses con mucha calma, la diosa solo rio ironicamente antes de contestar.

-Y acerte el trabajo mas facil, no lo creo.- el dios no se sorprendió por que era la respuesta que esperaba.

-Bueno por lo menos algo has aprendido en estos milenios de mi, pero no estamos aqui para hablar sobre mi y mucho menos de ti- el dios hizo una pausa y se acercó a la diosa de la caza- estamos aqui para hablar de esta niña.- dijo con repugnancia.

-No le veo importancia todos en esta sala todos hemos tenido hijos con mortales.- dijo el dios del vino.

-Espero que en eso todos no me incluyas a mi querido.- dijo la diosa del matrimonio con una grado de disgusto al señalar que ella le sería infiel a su marido.

-Pero no estan simple como parece, la verdad que Artemisa aya roto sus votos debe ser un mal presagio.- añadio la diosa de la estrategia, mientras que el dios del inframundo miraba atento lo que decian sus compañeros y sacaba sus propias conclusiones.

-Bueno Apolo tu eres bueno en eso de los presagios, la niña es peligrosa o debes tratarla como cualquier semidiós.- dijo el dios de la guerra con un tono de burla en cada palabra. El dios del sol lo miro divertido y negando con la cabeza.

-Mi querido Ares tu deberías de estar preocupado con esto. -hizo una pausa y se dirijo hacia su gemela.

-Me la permites -dijo refiendose a la niña, la diosa dudo un poco pero accedió a las peticiones de su hermano.

-Valla, valla que tenemos aquí una pequeña niña, es linda por cierto, sabes hermana deberias hacer esto mas a menudo -el dios iba a decir algo mas pero el reí de los dioses lo interrumpió

-Apolo por favor podrias tornate serio por un momento. -el dios del sol solo se encogió de hombros y siguió hablando.

-Bueno si quieren una profecía esta nena no la tiene. -todos los presentes suspiraron aliviados, pero el dios se rio da carcajadas negando con la cabeza por la actitud precipitada de alivio de sus compañeros, lo que causo miradas de extrañeza de parte de los once dioses restantes.

-Que estan gracioso Apolo. -Hablo Afrodita.

-Que la niña no venga con una profecía no quiere decir que no se un peligro -sonrió Apolo- aunque la verdad no lo es, la verdad solo es el inicio de una cadena de la cual todos aportaremos un poco, y sí eso te incluye a ti Hera, por eso le pedi a mi gran amigo Efesto que me hiciera un encargo especial para después mi amiga Hecate la sellara con su magia y lo diseñará para una cosa en especifico y aqui esta. -dijo al momento en el que aparecía una hermosa pulsera con doce dijes cada uno representaba a un dios y se la puso en la mano a la pequeña.

-Los dijes tomarán un color dorado conforme pase el tiempo y la descendencia valla creciendo, a y es mas peligroso matarla que dejarla vivir. -esto ultimo lo dijo mirando a Zeus.

Olympus |Nico Di Angelo| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora