¿Un triste dia? ¿Un feliz dia? o ¿un poco de ambos?

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Ese día había sido fabuloso en verdad, fui pensando en eso todo el camino a casa, quizá la razón era porque quería guardarlo en mi memoria para no olvidarlo nunca, iba demasiado metida en mis pensamientos que no me di cuenta cuando llegamos a la esquina en la que Alli y yo nos teníamos que separar para ir a nuestras respectivas casas, ella debía seguir derecho y yo dar vuelta a la izquierda, nos despedimos con un ruidoso beso y retomamos el camino hacia nuestras casas cada quien por su camino. Al llegar a mi casa me encontré con mis padres sentados en el sofá viendo la televisión, maldecí en voz baja debido a que lo que menos quería era hablar con ellos sobre la decisión que querían que tomara, cerré la puerta lentamente para tratar de hacer el menor ruido posible, pase rápidamente junto a ellos diciéndoles un simple "hola" para tratar de llegar lo más rápidamente a las escaleras, al subirlas podría llegar en mi cuarto y refugiarme en él, y mi plan iba a la perfección hasta que al pisar el primer escalón oí la voz de mi madre diciéndome -Querida puedes venir aquí, creo que debemos terminar la "charla", voltee resignada a la idea de subir a mi cuarto, me dirigí lentamente hacia la sala, como si al tardar tiempo en llegar mis padres cambiaran de opinión sin embargo eso no sucedió, al llegar a la sala mi padre me hizo una seña dándome a entender que me sentara en el sillón individual que se encontraba a lado del de ellos. La primera en hablar fue mi madre: -Vania, querida, sé que esto no es fácil para ti, pero tampoco lo es para nosotros, tu padre y yo estamos consientes de que esta es una decisión difícil para ti y sé que estas buscando una explicación acerca de por qué te estamos haciendo esto, y quiero que sepas que aunque suene ilógico lo hacemos porque te amamos. Odie que dijera eso, como decía que entendía lo difícil que sería tomar la decisión si ambos me estaban obligando a tomarla de todos modos, aun sabiendo lo importante que eran para mi ambos deportes , asi que sin pensarlo explote: -¿CÓMO SE TE OCURRE DECIR QUE LO HACEN PORQUE ME AMAN?, AMBOS SABEN LO IMPORTANTE QUE SON PARA MI LA NATACION Y EL BALONCESTO, SON MI VIDA ENTERA, NO PUEDO DECIDIRME A SI PORQUE SI SOLAMENTE POR UNO Y ME DUELE QUE ME OBLIGEN A HACERLO, NO PUEDO CREER QUE ME HAGAN ESTO, NO SON MIS PADRES SON UNOS MONSTRUOS.
Me arrepentí de lo que había dicho cuando vi la expresión de mis padres, ambos tenían cara de asombro, sin embargo mi madre me miraba con tristeza y mi padre con una mirada de furia, el silencio no duro nada, el que hablo esta ves fue mi padre:
-VANIA! COMO TE ATREVES A DECIRNOS ESTO, MIRA ME ARTE, AHORA NO ME IMPORTA LO DIFICIL QUE SEA LA DECISION, TIENES COMO MAXIMO 6 MESES PARA ELEGIR UN SOLO DEPORTE.
Me levante inmediatamente del sillón y corrí a las escaleras para subirlas rápidamente e ir a mi cuarto cerrando la puerta con un fuerte puertazo.

Los tenis de VaniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora