Su alarma de celular comenzo a sonar, nuevamente. Ya era la quinta vez que sonaba y el muchacho simplemente no quería salir de su cama, allí estaba calentito, arropado, protegido, nadie podía hacerle daño en aquella cama, pero tenia que levantarse.
La noche anterior había sollozado y gritado hasta caer en un profundo sueño, un sueño donde sus ojos color oliva estaban observándolo, de sus labios salían palabras que no logra recordar por la horrible jaqueca que fue producida por emborracharse en la noche
Se puso de pié sosteniendo entre sus manos su cabeza que estallaria en cualquier momento. Se tambaleó hacia atrás pero no callo simplemente se quedó parado allí sin mover un músculo. Observó con detenimiento su celular y tenía una pequeña luz que parpadeaba avisando que tenia un mensaje, no le dio importancia.
Caminó hacía el baño, hizo sus nesesidades, labo sus dientes y miró su rostro en el espejo pero no podía hacer nada con sus ojeras, ceño fruncido y boca recta, sin sonrisa - Porque había olvidado como hacerlo - Dejo que su cabello tapara su rostro y caminó nuevamente hacia la habitación para alistarse, por suerte no habia olvidado de como se hace eso ya que no había salido en toda la semana y tampoco la anterior, aún así no se sentía listo para salir, pero hoy es el día y tenía que salir.
Por las ventanas se escabullian pequeños rayos de sol que le quemaban la vista, se había convertido en un vampiro, encerrado en su habitación sin salir, pero por mas vampiro que sea, se lo había prometido a Gerard y el jamás rompía una promesa y menos si se la hizo a él
Se cambió con unos Jeans negros desgarrados en las rodillas - Los cuales Gerard odiaba ya que dejaba ver sus rodillas al aire y temía que alguien se robara a su prometido - sonrío por el recuerdo y siguió vistiéndose con una remera negra, el antiguo sueter de Gerard y la chamarra que también solía ser de él; se colocó las zapatillas color negras, se miró al espejo solo para ver nuevamente su rostro que estaba horrible por la mala noche. Tomó las llaves que estaban sobre la mesa -debajo de una remera sucia de hace días- y una vez que salió cerró la puerta con llave
Caminaba por la acera con las manos en los bolsillos y la gorra de la chamarra sobre su cabello que ahora brillaba ya que se había bañado en la noche, después de tantos días sin hacerlo. Miraba el suelo o sus píes, quien sabe, solo tenía la vista baja para que nadie sintiera lástima al verlo destrozado y así también evitaba conversaciones con los vecinos u otras personas. Quería llegar rápidamente a su destino, estar un buen rato llorando, posiblemente abrazado a una persona que solo veía en esta fecha, luego disculparse por todo, querer suicudarse -Aunque siempre omitia ese paso- y así finalmente volver a casa para encerrarse hasta que febrero termine
Miraba los píes de las personas que pasaban a su lado y hasta eso lo hacía derramar lágrimas, ya que Gerard usaba los mismos zapatos que un sujeto que había pasado metros atrás.
Alzó la vista para cruzar la calle y al hacerlo se encontró con alguien a su lado, un Way, su familia. Dudó si saludar al pequeño Mikey -que ya no era tan pequeño-, ¿Cuando había crecido tanto? Hace exactamente un año que no lo veía ni hablaba con él
Michael notó la presencia de Frank a su lado -Su amor prohibido- pero simplemente no hizo nada para llamar su atención, tal vez él ni siquiera había notado que estaba allí y cuando iba a cruzar la calle porque el semáforo lo indicaba, Frank tira de su brazo haciendo que vuelva a la acera y quedara frente a él, muy cerca, demaciado para ser exactos. El mayor se soltó de su agarre exaltado -No quería volver a sentir lo mismo por él, no quería sufrir nuevamente como años atras había sufrido, cuando Gerard le confesó que le atraía, él no podía hacer nada, Gerard lo había reclamado primero y se resignó a jamás tenerlo entre su brazos. Pero esta vez ya no quería sufrir- Michael lo miró impresionado y llevó sus manos hacía sus bolsillos ya que habían comenzado a sudar "No de nuevo" pensó
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Te necesito junto a mí [Frikey]
RandomHoy es el día, el día en que nos damos cuenta que la vida es corta y horrible. Gerard solo nos hacía feliz y nos dedicaba hermosas sonrisa. Hacía de un día nublado y lluvioso, un increíble día de juegos y bromas. Jamás creí que esto pasaría, él era...