Me debes un día del verano.

Capítulo 5

Cuando llegué a mi casa antes de cenar le dije a mi madre que quería hablar con ella. Ella y yo nos sentamos en un sofá.

-Haber mamá ya estás haciendo la maleta porque mañana nos vamos a la universidad; pero yo quiero quedarme aquí. Operan a Lía el día tres por primera vez y quiero estar a su lado. Quiero estar con ella hasta que se recupere. Estudiaré aquí en Canarias lo que sea y me quedaré aquí con ella. Entiéndeme no puedo dejarla sola. Si lo hago y le ocurre algo no me lo perdonaría.

Mi madre no dijo nada. Simplemente se levantó y se fue. Su semblante era serio. No sé que podría pasar. Subí a mi cuarto. Yo estaba triste y no tenía ganas de hablar con nadie. Estaba confuso. No sabía si preparar la maleta o buscar universidades cercanas. De pronto llamaron a mi puerta.
-¿SI?- pregunté

-¿Se puede?

Reconocí la dulce voz de mi hermana y le dí la aprobación de que entrara.

-He oído la conversacióm tuya y de mamá. Lía es importante para ti. Por eso voy a hablar con mi amiga Saray su hermana mayor Tamara trabaja en una tienda de animales saca mucho dinero y además va a una universidad cercana. Ponte en contacto con ella y haber que te dice.

- Me has salvado la vida.

Y la abracé. La llamé y me dio el trabajo. Empezaría mañana mismo. Para la uni habrá que ver. Fue suficiente para convencer a mi madre.

En cuanto lo supe fui a ver a Lía. Le dije que me quedaba con ella que mi madre dijo que si. Que podría pero si las cosas iban mal devía regresar. Los últimos rayos del sol bañaban este último 31 de agosto.

-Hoy tendría que estar preparándome para nuestra cita.- dijo con una sonrisa mientras sus ojos coca cola se volvían rojos.

-Pero estás aquí.-dije mientras besaba su mano.

-Y tu conmigo.

Y nos quedamos mirando por la ventana los últimos rayos del sol.

La miré. Estaba preciosa con su cabello callendo sobre el hombro, sus mejillas rosadas y sus perfectos dientes como perlas.

Nada me hacía más feliz que mirarla. Quería mirarla por el resto de mi vida. Su mano con la mia. Estaba pálida pero creo que era normal. Solo había una palabra para expresar lo que sentía por ella. Amor.