Girls like girls.

Catherine.

Desperté en la habitación que me dejaron los de la universidad, cogí ropa y me fui a las duchas, luego llamaría a Catherine.

- Eh, tía buena. - Me gritó un capullo en las duchas.

- Eh, gilipollas. - Le respondí.

No sabía que las duchas eran compartidas, me desnude y el capullo se me quedó mirando, le saqué el dedo corazón. Cuando iba a cerrar la cortina de la ducha, entró, me agarró de las muñecas dejandome inmóvil.

- ¡Déjame en paz! ¿¡Que coño haces!? - Le grité.

- Quiero hacerte mía. - Me dijo dispuesto a besarme.

Gracias a mis gritos una chica que parecía de un curso superior a mi, su pelo era castaño y liso, sus ojos eran verdes, sus labios eran algo pequeños, parecía una chica de tener mucho carácter.

- Tú, Nathan, deja a esta chica. - Dijo con una mirada fulminante hacia el chico

- De acuerdo, Catherine. - Dijo saltándome. - ¿No quieres que folle a otra? Lo entiendo.

- Serás gilipollas, pírate de aquí. - Dijo viendole salir. - ¿Estas bien chica?

- S-Si, estoy bien. - Dije aún flipando.

- Tranquila, ya te quité a ese capullo, no te molestará más. Ese es el problema de las duchas compartidas, duchate tranquila y luego hablamos.

- D-de acuerdo.

Me duche tranquila, esa chica me había salvado y por culpa de mi estupidez no le di las gracias. Se llamaba Catherine, según dijo el chico ese, es cierto, debia llamar después.

Salí de las duchas y allí estaba ella, con un skate, era super mona montada en el, llevaba una gorra.

- Hey, ya salistes. - Dijo ella bajándose del skate.

- Si, ¿dónde vamos?

- Vamos a desayunar que supongo que no lo habrás echo.

- Claro.

Fuimos a la cafetería, después de desayunar llamaría a Catherine. La chica me pidió un cuenco de cereales y un zumo.

- G-Gracias.

- Denada, por cierto ¿como te llamas?

- Uh, perdón, me llamo Ashley.

- Ashley... - Pensaba. - Ah si, tengo que llamar, un momento.

- De acuerdo.

Ella cogió su móvil, buscó entre las llamadas registradas y llamó, de pronto sonó mi teléfono, lo cogí y escuché la voz de Catherine al otro lado, nos miramos sorprendidas. ¿La que me salvó es mi compañera de piso?