El hospital quedó atrás cuando Louis y Harry subieron al taxi. Era extraño cómo la ciudad seguía su ritmo normal mientras su mundo había sido arrancado, quemado, reconstruido y vuelto a hacer cenizas en cuestión de días. Las luces pasaban rápido por las ventanas, reflejándose en los ojos cansados de ambos.
Louis mantenía su mano entrelazada con la de Harry, como si la sola idea de soltarlo le erizara la piel.
Harry, aunque estaba débil, apretaba sus dedos con suavidad, intentando transmitirle calma que el mismo no sentía.
— ¿A dónde los llevo? —preguntó el conductor.
— Los apartamentos Honston—dijo Harry sin soltar la mano de Louis.
Louis lo miró con un agradecimiento silencioso. Él siempre sabía dónde estaban los pedazos.
El trayecto duró unos veinte minutos. Durante todo ese tiempo, Harry mantuvo su mirada anclada en Louis, como si ese silencio fuera más importante que cualquier palabra. Como si observarlo respirar fuera la prueba de que habían sobrevivido a todo ese infierno.
Cuando bajaron del taxi frente al edificio, Louis volvió a sentir ese peso extraño en su pecho, la libertad.
Un concepto completamente nuevo, pero era cálido y reconfortante.
El vestíbulo era silencioso, iluminado por lámparas que parecían amaneceres atrapados en cristal, jamas les habia prestado tanta atención como ahora. Harry tomó la tarjeta que guardaban en recepción y Louis, sin pensarlo, lo sujetó del brazo para ayudarlo a caminar.
El ascensor subió lento, demasiado lento para la ansiedad acumulada en sus cuerpos, solo querían descansar y dormir bien despues de tantos días de sufrimiento sin descanso.
Cuando por fin llegaron a la al apartamento Harry entró primero. Louis cerró la puerta detrás de ambos, y el “clic” del seguro lo hizo exhalar profundamente.
Por primera vez, el sonido no significaba cautiverio.
Sino lo contrario era esa protección y calidez de un hogar con el que siempre soñó.
Harry se dejó caer en la orilla del sofa exhausto. Louis se sentó a su lado y apoyó sus manos en sus rodillas.
—Prométeme algo —dijo Louis, su voz aún con rastros de un temblor oculto.
—Lo que quieras —respondió Harry, sin dudar.
Louis tragó saliva.
Lo miró como si le estuviera pidiendo el mundo entero y en un sentido, así era, por que él era su mundo.
— No vuelvas a arriesgar tu vida por mí de esa manera. Yo… no puedo, Harry. No otra vez.
Harry le tomó el rostro entre sus manos, como si quisiera sostenerle el alma.
— Y tú prométeme —dijo con una sonrisa pequeña— Que dejarás de culparte por todo lo que sobreviviste.– Louis desvió la mirada, pero Harry lo hizo volver con una sola caricia. —Lou… sobreviviste. Eso ya te convierte en más fuerte que cualquier infierno en el mundo.
Louis cerró los ojos un instante.
Podía sentir el dolor físico, los moretones, las cicatrices nuevas, el cansancio en su mente. Pero había un dolor más profundo uno que Harry siempre sabía cómo tocar sin romperlo.
— No quiero ser fuerte —susurró Louis— No quiero pelear más.
—No tienes que hacerlo —respondió Harry— Ya no estás solo.
Louis apoyó su frente contra la de él, respirando su aroma, su cercanía era lo unico que necesitaba.
Se sintió humano por primera vez en años.
Después de un largo momento en silencio, Harry habló.
—Lou… mañana podemos ir con la policía. Podemos hablar con tus contactos. Zayn seguro...
Louis negó interrumpiendolo.
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𝐔𝐧𝐛𝐫𝐨𝐤𝐞𝐧, 𝐅𝐨𝐫𝐞𝐯𝐞𝐫 𝐔𝐬 - LS
De TodoDos niños en un barrio de Holmes Chapel son felices jugando, ambos comen del mismo plato, se quedan a dormir uno en casa del otro sólo para jugar hasta que el sueño los venza. Ambos se sienten seguros al lado del otro hasta que en la adolescencia se...
