Violetta ya tatareaba casi incoscientemente aquella canción.
No sabía como ni por qué, pero no era capaz de borrar la melodía de su cabeza. Sin embargo, no recordaba dónde la había escuchado. ¿En un sueño? Quizás. Pero no estaba segura.
El caso era que llevaba los seis días que había estado encerrada en su habitación cantándola. Seis días. Aquel era el último. Veinticuatro horas más y podría ir al Studio de nuevo. Aunque apenas había pasado una semana, sentía que llevaba una eternidad entre aquellas cuatro paredes.
De pronto, se escucharon pasos detrás de la puerta, sacándo a Violetta de sus pensamientos.
- ¿Se puede? -Dijo una voz femenina que Violetta indentificó al instante.-
No tenía ganas de ver a Francesca. Ya no era como antes, se habían distanciado. Desde aquel verano, cuando estaban juntas ya no había risas, si no tensos e incómodos silencios. No sabían qué decir ni de qué hablar. Violetta sabía que a Fran tampoco le gustaba estar allí, que venía a verla porque se sentía obligada a hacerlo. Sin embargo, por mucho esfuerzo que pusiese ella, aquella brecha que las había separado parecía insalvable.
- Obvio. Pasa, Fran. -Respondió Violetta, intentando sonar contenta.-
La italiana entró sonriente a la habitación. Llevaba un vestido azul con lunares blancos, que se le ajustaba a la cintura y caía con vuelo por las rodillas. Sobre el vestido se había puesto una chaqueta amarilla, y el cabello oscuro le llegaba por los hombros, perfectamente peinado. Estaba preciosa.
Francesca se sentó a su lado, y Violetta pudo notar que se había maquilado. Se extrañó. Ella nunca se pintaba ni se arreglaba tanto. Le gustaba lucir casual, desenfadada. ¿Habría quedado con alguien? ¿Acaso tenía una cita? Recordó de pronto aquel extraño sueño. ¿Y si estaba saliendo con Diego?
Sin embargo, borró aquellos pensamientos de su mente. Si estuviese con él, se lo habría dicho. ¿O no? Ya no eran tan amigas, y quizás Francesca no confiaba en ella. Pero de todas formas, a ella no debía importarle, porque no sentía absolutamente nada por Diego. ¿O sí? ¿Acaso estaba celosa?
- Hola, Vilu -Dijo la italiana.- ¿Cómo estás?
- Más o menos. Deseando salir de acá. -suspiró.-
-Ánimo, sólo te quedan unas horas. Recordá lo que te dijo el doctor, tenés que descansar siete días completos, porque no querés enfermar otra vez, ¿verdad?
- ¡Vamos, parecés mi papá!
Francesca rió.
- He venido a traerte dulce de leche... -Dijo fran, enseñando un bote que tenía en el bolso.-
El rostro de violetta se iluminó. -¿Lo hizo tu mamá? -preguntó, feliz.-
- Sí, y sólo para vos. Tu favorito.Ambas sonrieron, y compartieron el dulce de leche mientras hablaban de momentos divertidos e historias que habían pasado juntas. Se olvidaron de todo, de los problemas, de Diego, del verano que las había separado, y mientras conversaban, aquella profunda brecha que parecía haber entre las dos se fue cerrando, como si no hubiese existido nunca.
Entonces, Violetta se prometió a si misma que nunca dejaría que ningún chico rompiese aquella amistad. Que nada ni nadie volvería a separarlas.
Sin embargo, pronto incumpliría aquella promesa.
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Una canción - Novela Dieletta (PARTE 2)
Fanfiction(continuación de antigua cuenta: LoveDieletta) Violetta vuelve al Studio después de un verano de emociones, cds, giras y millones de fans en todo el mundo. Ahora es famosa, ha cumplido su sueño. Todos creen que es feliz, pero sólo su mejor amiga Fr...