Capítulo 3

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«Una vez, hace varios meses atrás.»





En fin, ya se nos estaba acabando aquel descanso que habíamos soñado tantas veces. Aquellas vacaciones que tuvimos nos hicieron recuperar fuerzas y ganas para volver al estudio con nueva música y sentirnos más inspirados que antes.



Era tiempo de comenzar una nueva vida en Los Angeles. Volver a las grabaciones, a los conciertos, volver a nuestra vida como músicos. Dar lo mejor de nosotros a todos aquellos fans que siempre estuvieron con nosotros desde nuestros comienzos.



El tema de volver a cantar me hacían sentir muchos nervios, ansiedad y sentimientos extraños porque para mí, sabiendo que iba a regresar con la banda de Tokio Hotel, a dar lo mejor me ponía tenso y feliz al mismo tiempo.



Pero todo no resultó como planeaba o eso suponía.





Todo ocurrió cuando en el avión de regreso a Los Ángeles, fui sorprendido por una mujer de casi mi edad aunque no se veía muy mayor. Ésta me tomó por sorpresa cuando justamente traía a pumba con la correa mientras caminaba con Tom.



El vuelo resultó de maravilla, pero en algún momento noté que mi mascota se quedó atrás por lo que tuve que voltear a ver que le sucedía. Aquella mujer la que me había cruzado anteriormente, me saludó amablemente, pero Pumbi se llevó todas las miradas de los demás. Pumba acaparo la atención de ella quién se inclinó y acarició parte de su cabeza.



Tom y yo nos miramos unos cortos segundos, era frecuente que mi mascota les agradara a los demás. Mientras caminábamos los tres, ella se acercó. Quise imaginar que no lo hacía porque yo era famoso.



Nos hablamos muy poco entablando una simple conversacion sobre Pumba, me dijo que le encantaba ese tipo de cachorros. Me di cuenta que ambos teníamos un buen gusto por las mascotas, eso me agradaba pero yo la veía como cualquier otra mujer.



...





Al correr de los días me dirigí a un



Starbucks, como lo hacía normalmente, porque aquel era un lugar donde amaba beber café.



Me percato que delante de mi mesa, había otra donde yacía una mujer que me llamó un poco la atención, estaba sentada alli pero se encontraba sola y se veía muy distraída con su móvil mientras yo bebía mi café tranquilamente.



No le presté atención pero por más hermosa que sea nunca confiaba en extraños.



No me esperaba que me sucediera algo parecido al amor ya que aquello nunca solía sucederme. Volteó a verme y pude notar que era la misma chica que había conocido en el avión.



Nos sonreímos y nos saludamos, ella se sentó en mi mesa en la silla que tenía enfrente.



Le di un nombre falso no sé porque pero ella no pareció importarle aquello.



Su nombre era extraño pero lindo, se llamaba Alysha.





Me agradaba hablar sin que se me tiren encima. Ambos nos estrechamos la mano, le dije que me llamaba Brad.



Me contó que vivía aqui en Los Ángeles, que también tiene una mascota. Entre más hablamos más me agradaba pero no me gustaba llevarme por apariencias.



Me había contado que le encantaría llegar a ser modelo, bailarina o simplemente encontrar trabajo como fotógrafa. Le cuento más sobre mí pero ella no sabe que soy cantante, no quisiera que supiera. Le dije que estudio fotografía y demás. Se sorprende pero noto que alguien la ha llamado por teléfono y que tiene bastante prisa.



Le sonrío, le digo que me encantó conocerla que algún día la veré por éstos lugares pronto. Se despide y no tarda en llamarme por teléfono Tom, me pregunta cómo estoy y dónde. Él se preocupa mucho por mí y es por eso que hoy iremos a festejar nuestro regreso en algún sitio nocturno.



Suspiro y noto que he dejado la mitad del café, pero me doy prisa para poder ir a buscar algo de vestir para ésta noche.





Mas tarde, me dirigía con Tom hacia una tienda para compramos algo para ponernos. Ésta noche, quiero estar impecable y diferenciarme del resto. Al regresar a la casa, me encuentro con los Gs, han viajado desde Alemania hasta aquí sólo para reunirnos.





Veo que alguien rubio me saluda en la distancia con la mano derecha y yo hago igual.



Andreas está con Nat hablando entre sonrisas.



Los veo a Georg, a Gustav y no puedo creer que ya sean hombres, han crecido demasiado tanto como yo y mi hermano..si tan sólo ayer éramos unos niños, a decir verdad, éramos famosos desde jóvenes.





Al llegar hasta la casa con Tom, ellos nos reciben entre abrazos y risas. Sus muestras de cariño me hacen sentir más feliz que nunca.



Nos reunimos, nos preparamos, ésta noche será estupenda. Esta noche iremos para festejar el comienzo de un nuevo año para nosotros como banda.





Al llegar la noche nos vestimos para la ocasión, concurrimos a un sitio similar a un Restobar nocturno pero de esos dónde todos podemos divertirnos, después de todo estamos de fiesta.





Me dirijo hacia una mesa cuadrada, con ellos y me siento al lado de Tom. El ambiente era agradable. Nos traen algunas copas, nos servimos champagne y luego brindamos entre risas.



Entre que bebí algunas copas noto que alguien me saluda sin siquiera saberlo.



Se veía muy sexy pero sofisticada y su cabello tenia suave ondulado color rubio. Sus ojos estaban maquillados de color oscuro, perfectamente delineados. Sus labios eran carmín, se veian deliciosos pero era tiempo en concentrarme más en mi trabajo que en mujeres. Hablamos unos segundos y después al correr las horas, comenzamos a bailar y ella se me acerca más a mi cuerpo para bailar pegados por la música lenta que estaba sonando en aquel entonces.



Su silueta la enmarcaba aquel vestido color negro, pero no se veía como una cualquiera. Me conto sus gustos sin siquiera preguntarle. Le gustaba leer, viajar, pero no supo que era el vocalista de Tokio hotel y eso me mantenía tranquilo.



No sé porque ... O debe ser por algunos tragos que he tomado que me están dejando llevar demasiado. Ella y yo nos besamos lentamente, sin darme cuenta, hicimos un suave roce de nuestros labios, ella comenzaba a acariciar mi espalda baja y yo comenzaba a necesitar detenerme.



Lamenté ese hecho pero ella me miro a los ojos, me dijo que todo estaba bien, que no me preocupara. Comenzaba a besarme con más fuerza y ganas que en la primera y no dudo un segundo. De repente nuestras lenguas se encontraron ansiosas recorriendo la cavidad contraria, dando suaves toques y roces entre éstas. Comenzo a desprender mi camisa de a poco y juntos, nos adentramos a un apartado en el que le pedí que se detuviera. Le explique rápidamente que yo no era de esos y ella comenzó a entenderme. Me abrazó y ambos nos salimos del sitio.



Para mi sorpresa los chicos se encontraban riendo y bromeando pero Tom estaba observandome.



En cuanto nuestras miradas se encontraron, él me guiñó un ojo mientras yo..no sabía que hacer, ni donde meterme, sentí mis mejillas arder.



Rojo CarmínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora