Capítulo 12

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Me dirigía hasta el baño, supuestamente debía lavarme con agua fría el rostro hasta que se me quitase la poca ebriedad que alcancé a tener ésta noche. Caminé hasta la puerta de entrada a recibirla. El corazón se me detuvo un instante. Se veía tan hermosa con ése vestido que ha elegido, el cabello tenía suaves ondas y su piel de terciopelo ..



- ¿Bill? -.
Oí su voz y sacudí mi cabeza, me perdía en sus ojos, y en cada vez que ella me hablaba.



-Adelante! -.
Le digo abriendo la puerta, ella pasa, su aroma a flores no se porque me hace suspirar.

-Toma asiento-.


Le hablo y la miro fijamente, está tan seria o a la vez sorprendida por algo que no comprendo.



- Bill, me tengo que ir de viaje no tardaría en volver-. Habló demasiado confiada.



La miré atento pero sin dudarlo me acerqué a ella, me arrodillé y tomé sus manos entre las mías. Aún mareado por el alcohol, acerqué mis labios a los suyos dándole un fugaz beso, mis labios se movieron contra los suyos y de repente sentí como esas oleadas de sentimientos volvían a azotarme con fuerza mi interior, mis sentidos se nublaron un momento, me perdí entre sus besos, su lengua quería apararar cada rincón de mi boca, rozamos las mismas y de repente me senté en su regazo nuestros labios se movían ansiosos y nuestras lenguas ansiaban por más contacto.



Sentí como ella se separó de mí, en cambio la miré sin comprender absolutamente nada.


-Bill-.
Ella habló, tan fríamente en cambio mis manos acariciaron su mejilla muy suavemente.



-Bill, tengo que irme de viaje, ahora.-



Frunci el ceño al oírle, no sé que reacción esperaba de mi más que quedarme mirándole el rostro. Las pocas lágrimas que tenía, salieron de mis ojos muy lentamente.

-¿Volveras?-.



-Me temo que no. - Hablo. Ella bajó su mirada como escondiendo algo.



-Joder..no, no puedes dejarme así nada más.-
Supliqué sintiendo el nudo en la garganta.

-Bill, por favor, ya saqué el pasaje.



- Pero cariño.. No puedes hacerme ésto!

Me arrodillé frente a ella suplicándole en cambio recibí un comentario de ella para nada agradable "te ves tan mal así"


Minutos más tarde ella caminó hasta la puerta, su aroma se impregnó en el aire. Me perdí en sus labios cuando dijo "se me hace tarde, Bill"



- ¿Quieres que te acompañé?.-
Ella caminó hasta fuera del sitio y la miré sin comprender.



-¡CARIÑO!-.
Ella no respondió , siguió su camino hasta alejarse completamente.


Sin perder más tiempo me subí al auto encendiéndolo, lo saqué cómo podía, aunque estuviera algo mareado.


Me detuve hasta donde ella andaba, sólo marche más despacio bajando los vidrios del lado del copiloto.



- ¿Quieres que vaya contigo?-.
Pregunté sintiendo cómo parte de mí decía que no era buena idea insistir.



Ella en cambio no me dirigió la palabra.


-ALISHA!-.

Grité llamandola. Ella se negaba a oírme pero la miré fijo. Su brazo estaba marcado..¿ Como si hubiese recibido un golpe ?¿quién era ella en realidad?



-¿Qué te pasó?-.
Automaticamente bajé del auto hablándole y tomándole del brazo. Se podía diferenciar claramente.


Ella me mira, esquiva la mirada. Le tomo del rostro fuertemente.

-Dime la verdad!-.

Le pregunto como obligándola a responder, pero ella me mira, sus ojos esconden lágrimas.

-Bill tengo prisa! Por favor déjame!-.
Me dice me esquiva la mirada otra vez.

-No hasta que me digas qué es esto.-

- Me caí, Bill! -.

-Puedo llevarte..-
Le hablo mirándola, siento cómo si estuviese molesta por algo en particular.

-No, Bill, no ! No quiero estar contigo!.-

Aquellas palabras fueron duras. Ella me dio su última mirada, se dió la vuelta me quedé viéndola como un imbécil.


Me encaminé hasta mi auto, en silencio, di un portazo y bufé. Vi cómo se alejaba cada vez más, en cambio ella dio la última palabra.



No puedo inhalar o exhalar porque el aire se desvanece, la vida es agridulce..nos estamos rindiendo automáticamente.



Minutos mas tarde...

He Conducido sin parar hasta dar con algún sitio parecido a una discoteca.



Respiré profundo. Comencé a tomar algunos tragos..ella seguía en mi mente todo el tiempo.


Caí en cuenta que alguien estaba delante de mí, quería pelear. Me alejé pero simplemente tropecé con otro sujeto bastante alto y de cuerpo robusto. No tenía ganas de pelear, pero me sentí obligado cuando justamente recibí un especie de empujón por la espalda...

Rojo CarmínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora