Ante periodos grandes de adversidad, o de aflicciones profundas, podemos estar tentados con más facilidad a dejarnos llevar por la incredulidad y el engaño del pecado. Pensar que Dios ha dejado de ser fiel o bueno porque estoy atravesando dolor es una mentira del pecado. Mantenerse firme en confiar en Dios a pesar de todo es una muestra pública de una fe genuina que ha permeado nuestro interior. Job fue un ejemplo de ello:
"Y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo volveré allá. El SEÑOR dio y el SEÑOR quitó; bendito sea el nombre del SEÑOR. En todo esto Job no pecó ni culpó a Dios", Job 1:21-22.
Una circunstancia difícil es un campo de batalla para nuestra fe, y lejos de maldecir a Dios y morirnos -como le aconsejó su esposa a Job- debemos fortalecernos en fe dando gloria a Dios y confiando en sus propósitos soberanos para con nuestras vidas (Ver el ejemplo de Abraham en Romanos 4:18).
Spurgeon dijo: "Cuando no puedes rastrear su mano, siempre puedes confiar en su corazón".
No siempre sabremos el fin de nuestro sufrimiento, pero sabemos que todas las cosas ayudan a bien a los que aman a Dios y fueron llamados por Él (Romanos 8:28). José pasó grandes etapas de adversidad y pudiendo haberlas tomado como excusa para el pecado, como una manera de "equilibrar la balanza" ante tanta tragedia, Él glorificó a Dios buscando una vida santa y confiando en Él.
Si estás pasando una prueba de fe, puedes regocijarte, porque podría ser exactamente lo que Dios desea usar para purificarte y fortalecerte.
Recordemos que: "El oro es perecedero, sin embargo, se prueba en el fuego; y la fe de nosotros es mucho más preciosa que el oro".
Dios nos prueba para refinarnos.
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Mi Primer Amor
רוחניEs el más grande amor; pues nadie ha amado como Él ama, ni nadie daría su vida como Él la dio. Quizás no comprendan como alguien que me ama, pueda permitir que pase tantas cosas; pues todo sucede con un propósito; hoy en día puedo ver que todo lo qu...