Amar nunca es un error

Capítulo 1

"Emma se lanza sobre Hook y le besa con pasión". Jennifer releyó de nuevo aquella acotación en su copia del guión de la escena que les tocaba rodar esa mañana. Normalmente, llegaba medio dormida en el coche de producción, y no era persona hasta que daba el primer trago a su café, pero hoy estaba extrañamente despierta, debido a los nervios. Era su primera escena "íntima" con Colin en lo que iba de la 5ª temporada, y para Jen nunca era una más. Y menos aún después de todo lo vivido aquel verano, donde la convención de París y la de San Diego les habían unido todavía más. Tener que verle todos los días y no poder tocarle como quería, o no poder decirle lo que realmente necesitaba decirle, suponía un verdadero ejercicio de contención para ella, y el brillo en los ojos azules del irlandés cuando la miraba le decía que para él era igual de difícil o más. Cuando Colin cantó para ella en París (porque a quién quería engañar, algo en el instante en que la miró durante la canción le dijo que cada palabra iba dirigida a ella), o cuando compartieron confidencias durante el panel y las entrevistas de la SDCC como si el resto del mundo no existiera, no sentía que Colin fuera su compañero de trabajo, ni siquiera su amigo... era algo más. Pero después, aquel maldito anillo en su dedo anular la devolvía de golpe a la realidad.

Esos eran sus pensamientos cuando el coche llegó al set. Dándole las gracias como de costumbre a Joseph, el chófer, se bajó, y empezaba a dirigirse a paso ligero a su caravana cuando esa voz capaz de derretir el acero la hizo girarse.

- Buenos días, Jen. ¿Dónde vas tan rápido? - dijo Colin con una sonrisa, alcanzándola y empezando a caminar junto a ella.

- ¡Colin! No te había visto. - el simple hecho de estar cerca de él hacía que su pulso se acelerara. ¿Lo notaría él? - Voy a dejar unas cosas en la caravana y me meto corriendo a maquillaje. Hoy rodamos los primeros.

- Ya lo sé. ¿Estás preparada para lanzarte sobre mí apasionadamente? - preguntó provocativamente, sonriendo de medio lado y mordiéndose el labio inferior mientras la miraba.

- Sabes que siempre lo estoy. - contestó Jen resuelta, intentando continuar con la broma. - Ahora nos vemos. - y lanzándole una última mirada, se separó de él, tratando de poner un poco de distancia entre ambos hasta que llegase el momento de rodar.

Colin vio alejarse aquella melena rubia, y por un momento, se sintió vacío. ¿Por qué siempre le ocurría aquello cuando se separaban? ¿En qué momento su compañera de trabajo se había metido tan debajo de su piel? Nunca en su vida se había sentido así... había algo, una especie de energía que no llegaba a comprender, que le hacía necesitar estar siempre con ella, contemplarla, tocarla. Pero eso estaba mal, maldita sea... estaba casado. Llegó a vestuario, y mientras empezaba transformarse en Hook, dejó su mente divagar hasta su matrimonio, hasta Helen. Desde que recordaba, ella había estado en su vida. Habían sido tan felices en Irlanda... ¿qué les había pasado? Jennifer. La respuesta apareció claramente, como un neón luminoso. Por supuesto, no era tan cínico como para culparla a ella de que las cosas no le fueran bien con su mujer, pero sencillamente, le había hecho replantearse todo. Su vida había cambiado completamente en cuestión de poco más de 3 años: ahora vivía en Vancouver, y era uno de los protagonistas de una serie de éxito. Y eso implicaba viajes, galas, flashes apuntando constantemente en su dirección, que la gente le parase por la calle... y le gustaba. No el hecho en sí de ser famoso, sino su nueva vida. Amaba levantarse cada mañana para dirigirse a un trabajo que le llenaba y le hacía feliz, donde había conocido a gente con la que se pasaba 16 horas al día y que se habían convertido en íntimos amigos... y además estaba ella. Alguien que entendía lo que le pasaba en cada momento con solo mirarle, que podía ponerse en su pellejo, que le hacía reír cuando estaba cansado y que parecía estar verdaderamente cómoda apoyada en su pecho. Y paralelamente al hecho de que Jen se convirtiera en parte fundamental de su vida, notaba que con Helen las cosas ya no eran como antes. Ella no era feliz en Vancouver; nunca se lo había dicho claramente, pero Colin lo sabía. Aquel no era su mundo... no aceptaba ver tan poco a su marido, o que apareciera un grupo de niñas pidiéndole fotos cada vez que pisaban la calle. Él lo tenía todo allí, pero ella sólo le tenía a él. No se sentía en casa, y casi "forzaba" a Colin a volver a Irlanda cada vez que él tenía unos pocos días libres. Y todo aquello poco a poco les había ido separando. Él llegaba a casa cansado, sólo con ganas de darle un beso a su pequeño Evan, meterse en la cama y dormir, y ella echaba de menos su vida en Europa. De un tiempo a esta parte, Helen se empeñaba en acompañarle a todas las convenciones o actos públicos; antes no era así, siempre le había dado su espacio. Sabía que ella estaba intentando salvar su matrimonio, hacer que la chispa volviera, y él no podía culparla por ello... pero así no iba a conseguirlo. Algo le decía que aquella llama se había apagado para siempre. Entonces, ¿por qué no le hacía caso a su corazón y se separaban? Porque tenía miedo. Tenía miedo de que Helen se llevara a Evan a Irlanda; tenía miedo de quedarse solo en Vancouver y que lo suyo con Jen no funcionara. ¿Lo suyo con Jen? Madre mía, incluso estaba dando por hecho que ella sentía lo mismo por él. Colin creía ver algo en la forma en que ella le miraba, en cómo la sentía casi temblar cuando él la tocaba... pero lógicamente, nunca habían hablado sobre esto. ¿Y si todo estaba en su imaginación? ¿Y si sólo creía ver aquello como reflejo de sus propios sentimientos? ¿Arriesgaría su familia por un "y si"? Aunque cuando acabaron de colocarle el chaleco, le dijeron que ya estaba listo, y salió camino al set donde grabarían, en su mente resonó la idea de que Jen era ahora su familia.