Eternidad

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¿Qué hacer con lo que llevo?,

ya voy de la primavera

al invierno, con el respiro

contenido y un amor cautivo,

el que mantiene sonámbula

a la noche y la hace eterna.


Una noche que enferma

conmigo hasta llevarme

casi al exterminio.

Me consuela el bálsamo,

delas letras y saber

que no todo está escrito.


Si yo no te puedo atesorar

los versos lo harán por mí,

te asiré entre prosas

para leerte como serendepias.

Y así poder precisar

de tus miradas por el portal

de las palabras. Y serán

ellas las que me acerquen a ti

en todo instante en mi perecer.


De qué manera proceder

para recibir el obsequio

de tu voz, de un beso tuyo

y percibir tus manos reales

para dejar atrás el aire efímero

que ocupa el lugar de tu tacto

del que conozco y es frio.

La única frialdad que mitiga

las llamas del crepúsculo

embravecido, del que escapo

en mi alucinación

cuando me quedo sin el

amparo de tu cariño.


¿Hasta cuándo sabré de tu

indulgencia? benigna mujer...

¿cuánto más te vas a dilatar

para quererme?

sosiega mujer...

¿porque te amedrentas?

cohibida mujer...

¿dónde nos amaremos?

mujer que aborrece mis

interrogantes. ¡manifiéstate!

para morir escuchando

tu veredicto final,

y dejarme en la noche

descansar de la congoja

de estas dudas,

que engrandecieron

con tu silencio

trémulo, con el que

partiste a tu lecho de

eternidad en la amargura.

VeranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora