Insondable

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Ambiciono el tacto de

tus manos suaves y tersas,

solo las tuyas distinguen

cuando mi alma está herida,

cuando mi piel está ávida

del fresco verano que se

aloja en tus carisias.


Se me apetece el borde

de tus labios, que suelen

ser acogedores en mis

noches de hastío, los

que me desprenden del

pensamiento mundano

y me van llevando

a grabarme el sutil

sonido de tu palpitación.


Mi cuerpo embelesé

cuando toda tú te me

entregas en un pensamiento,

en forma de palabras,

o delirando junto al viento,

que susurra tu voz de

vez en cuando para

no olvidarme del don

que tengo para discernir

tú figura entre las penumbras.


Aspiro a ser quien

desoje tu belleza abismal

que llevas en tus adentros,

aun que me extravié

en el tiempo, en los

senderos de un amor

insondable, aun que

me disipe la muerte.

Me dejare caer al vacío

en persecución

de un eterno sueño

y sucumbir contigo,

como estrellas que

estallan. Y que se

quede nuestra energía

en el espacio, ceñida

en un cumulo de luz

reflejando las sendas

de las almas perdidas.


VeranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora