Mí vida.

Primera parte.

Nueva escuela. Al menos no habrán más molestias con mi padre frente a la mensualidad de ese caro colegio... Uno publico, espero que lo que me han dicho sobre las drogas y prostitución sea falso...

-Andrea, ya, vámonos.
-Si mamá...

Salimos temprano, y lo que más esperaba era que no hubiese nadie del colegio... Anterior...

-Hola Andrea- Me sonríe y saluda muy efusiva... ¡Qué rara!
-Hola Ana- le sonreí, pero un poco más seria. Nunca me lleve excelentemente con ella.
-¡Ojalá nos toque en el mismo salón! ¿No?
-Pues si jeje
-¡Oh! ¿Vamos?- Han abierto las puertas. Me despido de mi madre.

Todo inicio con un aburrido acto cívico seguido de la separación de grados para separar los grupos por A, B y C. Me tocó el grupo B. Ana estaba en él. Me conformé, pues no tenía con quién salir, pero luego, ella me presentó a Camila. Una buena niña, pensé. Días después dejé de juntarme con Ana y seguí con Camila, ella me presentó más amigos... Aunque no fue por mucho que me quedé allí. En mi salón un grupo me recibió. Melissa, Estefania y un niño, Camilo. Salíamos en los descansos, pero luego de un tiempo resultaron para mi un desagrado, querían mandarme en todo y Camilo era un niño morboso, desagradable (Aunque en esa edad siempre pasa... Creo), así que volví con Camila. Ella me recibió. Molestabamos mucho, y la confianza llegó a tal punto de que no nos daba nada contar lo que nos ocurría, aunque nunca tocaba el tema de mi padre, simplemente decía que no vivía conmigo. Al pasar los meses eramos más. Tres jóvenes de noveno, Juan Diego, Juan Fernando y a el otro joven casi no le recuerdo. También salíamos con una nena llamada Evelyn y un niño al que llamábamos "Pito". Ese año lo perdí. No hacía tareas. Pero me sentí a gusto. ¡Al fin soy un poco social! Pensaba... Me sentía bien.

El otro año cambió totalmente. Estuve igual con mis amigas, aunque habían nuevos amigos, incluyendo dos niñas de el salón mio. Viany y Daniela. Eran buenas personas así que decidí integrarlas. Todo era súper divertido. Hasta que él apareció en mi vida.

Christian. Un joven de mi unidad... ¿Se había fijado en mi? La verdad me creía un mamarracho de niña, alguien no muy linda, así que me asombraba que alguien pudiese fijarse en mí, así que comencé a ser su amiga hasta ese día que me ofreció ser su novia. Mi madre no accedió, pero yo le dije que aceptaba. Estaba feliz. Mi primer novio y pronto, mi primer beso...