Carta a Amanda

63 9 0
                                    

Tus pasos retumban en mi cabeza al marcharte como el temblor que nunca cesa.

Yo me preocupo cuando te vas sola a casa y no me avisas, cuando paseas por el borde de un acantilado, cuando conduces con tu coche a 200 km/h, cuando estás enferma y no te medicas... Yo me preocupo, pero tú eres libre y es normal que te juegues la vida en un principio, es tu vida.

Pero sigues llenando este minuto de razones para que respire, no me complazcas, no te niegues, no hables por hablar. Dime lo que piensas, sin temor. No puedo leer tu mente y me frustra no saber qué actos harás. Intento salvarte antes de que te caigas en tu vacío. Sabes que nunca te haría daño.

Escribo. Escribo esto sólo para no morirme. Puedo escribir los versos más tristes esta noche, no lo haré para no entristecerte y hacerte llorar. No quiero ver derramar ni una sola lágrima de esos preciosos ojos, no podría, me carcomería por dentro. Por verte tan sólo una vez más, daría todo lo que puedo dar, incluida mi alma ya que de vida carezco.

No te defiendas de mí... No pretendo sumergirme en esta historia hasta acabar ahogando a los dos. No quiero robarte el tiempo ni llevarte de la mano a probar el sabor del tedio. Sé que lloras en las noches y que algunas tardes de domingo piensas en mí. Sé que esto, nunca ha tenido principio y nunca tendrá final, ya que nuestra historia nunca existió. Tú fuiste mi perdición, pero valió la pena perder todo aquello que había querido para querer algo mayor. Caí, me arrebataron aquello que más quería, mis alas; pero tus débiles brazos me atraparon como nunca antes alguien lo había hecho. Lo desconocido está por llegar, por esa razón todo hasta ahora, ha sido irreal.

Nos volveremos a ver cuándo tu estés en paz con tu alma y yo haya vuelto de entre los muertos. El infierno.

Carta a ...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora