Miré a mi doctor por varios segundos, antes de abrir mi bocota y soltarlo todo sobre Reed Foster.
Aun no tenía claro quién era o por qué lo recordaba. Lo único que sabía con claridad, es que era un maldito desagradable, pero que me intrigaba más que nadie.
–Su nombre es Reed –me mordí el labio inferior–. Y va en mi escuela.
–¿Recuerdas su nombre o lo recuerdas a él? –preguntó el doctor Powell.
–Recuerdo su rostro –fruncí las cejas–. Sé que ya hablé con él antes.
–Va en tu escuela, pienso que es normal que hayas hablado con él –el doctor sonrió levemente–, pero es curioso que lo recuerdes.
–Mis amigos dicen que lo ignoraba –me apresuré a explicar–. Que nunca había hablado con él. Que era como si no existiera para mí –solté un suspiro y me miré las manos–. Lo recuerdo riendo.
El doctor Powell se me quedó mirando varios segundos.
–¿Le preguntaste si es que habían hablado antes? –enarcó sus cejas.
Asentí con la cabeza.
–Lo hice, pero por poco me deja hablando sola en el pasillo –puse una mueca–. No es uno de esos chicos dispuestos a ayudar.
Él me miró atento por un tiempo que me pareció eterno.
No sé si me estaba evaluando a mí o estaba evaluando mi situación. Ambas opciones me ponían de los nervios.
–¿Te atrae de alguna forma?
Su pregunta me tomó por sorpresa, haciendo que abriera bien los ojos.
¿Qué?
–¡No! –negué con la cabeza efusivamente–. No me gusta. Él sólo me causa curiosidad. Digo, es la única persona que logro recordar en esa escuela, es normal que me llame la atención, pero nada más.
El doctor Powell asintió con la cabeza, sin dejar de fruncir las cejas. En este mismo momento me encantaría saber qué diablos es lo que está pensando.
–Pienso que deberías acercarte a él.
Enarqué una ceja.
–¿Ignoró la parte en la que le dije que casi me deja hablando sola en un pasillo? –le pregunté y casi vi el asomo de una sonrisa en su rostro.
–No, no la ignoré Kennedy –se encogió de hombros–. Pero es bastante obvio, tienes la respuesta frente a tus ojos –Oh, sí claro–. Reed Foster es la única persona de la escuela que recuerdas después del accidente. ¿Qué es lo que harás al respecto? ¿Tratarás de averiguar el por qué? ¿O simplemente te quedarás esperando a que las respuestas lleguen a ti por arte de magia?
Lo miré a los ojos fijamente y en ese momento, supe que los dos teníamos la respuesta a esa pregunta. Era obvio que trataba de decirme que tenía que poner de mi parte.
***
Solté un suspiro de alivio y casi rezo el rosario entero cuando vi el auto de mi madre estacionarse al frente mío.
Corrí hacia la puerta del copiloto y la abrí de un tirón. En cuanto estuve arriba miré a mi madre con una pizca fingida de odio.
–¿Cómo te fue cariño? –preguntó con tono dulce.
–¿Dónde estabas? –le pregunté con las cejas fruncidas–. ¿Sabes cuánto llevo esperándote? Casi le digo al Doctor Powell que me llevara a casa –estaba exagerando a propósito.

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Forgotten
RomanceCuándo Kennedy Nelson despierta en un hospital sin recordar cómo o por qué llegó allí, la única forma de la que puede sentirse es perdida. Pero cuando se da cuenta de que, además de no poder recordar como llego allí, tampoco puede recordar nada de...