Caminé por los pasillos con los dientes tan apretados que si no hubiera bebido tanta leche de pequeña, ahora los tendría todos ellos triturados.
¡Dejé que me besara! O lo que sea que fuera eso.
Cuando llegara a casa, buscaría una botella de desinfectante sin falta y me lavaría la boca.
¿Quién demonios se cree?
Ahora llamarán a mis padres y les dirán que me vieron besuqueandome con un chico en su camioneta mientras me perdía la importantísima clase de matemáticas. Y como consecuencia a ello, mis padres pensarían que me estaba volviendo una adolescente rebelde y contratarían a alguien para espiarme.
No, y no exagero.Cuando llegué a la cafetería me senté en nuestra mesa habitual mientras esperaba que las clases terminaran y comenzara el receso del almuerzo.
Faltaban solo diez minutos, los cuales me los pasé la mayor ponle mirando mis manos y pensando en una buena excusa para decirle a mis padres.
Quizás un: "tengo que probar cosas nuevas y tener experiencias propias". O también un: "Ustedes también lo hicieron cuando tenían mi edad". O simplemente podría decir la verdad: "El tipo me obligó", aunque realmente yo no me quejé demasiado.
De cualquier modo y con cualquier excusa, no me salvaba de un castigo.
Cuando todos los alumnos comenzaron a entrar en la cafeteria supe que era hora de ir en busca de mi almuerzo.
Elegí algo simple y liviano, y luego caminé con la bandeja en las manos devuelta a la mesa.
Pero como todos mis planes, aquella simple tarea no resultó como yo quería.Antes de poder llegar donde mis amigos estaban sentándose, un cuerpo apareció frente a mí, negándome la pasaba.
-Sale del camino Reed -le dije sin mirarlo a los ojos y apretando los dientes nuevamente.
-No quiero que estés enojada.
Levanté la mirada para ver si lo decía en serio, pero tenía una sonrisa divertida en el rostro.
-¿Y a ti que te importa si estoy enojada o no? -entre cerré los ojos al mirarlo. Él ignoró mi pregunta.
-Te metí en problemas, lo siento -apretó los labios, aunque aún así notaba que quería sonreír.
-No, no lo sientes.
Enaró ambas cejas, fingiendo sorpresa.
-Claro que sí - Se puso a mi lado y pasó su brazo por mis hombros-. Y para demostrarlo, dejaré que almuerces con nosotros.
¿Qué?
Reed se dio media vuelta y me empujó hasta la mesa en la que se encontraban sus otros amigos.
-¿Qué haces? No quiero comer con ustedes -me negué, sin embargo él pareció no escucharme. Claramente me estaba ignorando, y lo odié por ello.
En menos de un segundo estuvimos al lado de su mesa. Ambos chicos miraron en nuestra direccion Mientras Reed tomaba mi bandeja y la apoyaba en la mesa.
Como acto seguido me obligó a sentarme y él se sentó a mi lado.
Reed sonrió.
-Reina del baile, estos son Blue y Brian -apuntó a sus amigos respectivamente.
La chica enarcó una de sus delgadas cejas, mientras que el chico me miró sin ninguna expresión en el rostro.
-¿Blue? -pregunté un poco confundida.
-Sí, como el color -contestó ella, rodando sus ojos increiblemente azules-. Mis padres estaban un poco drogados en esos tiempos.
La miré con las cejas fruncidas, sin saber exactamente que responder a eso.
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Forgotten
RomanceCuándo Kennedy Nelson despierta en un hospital sin recordar cómo o por qué llegó allí, la única forma de la que puede sentirse es perdida. Pero cuando se da cuenta de que, además de no poder recordar como llego allí, tampoco puede recordar nada de...