Princesas

Tercera parte - Voluntad

Aurora quería llorar, no podía creerlo. Ver a Diana así hacía que su cuerpo entero temblara. ¿Qué iba a hacer? ¿Cómo iba a irse de allí sin ella? ¿Cómo iba a abandonarla con su familia, enferma de muerte? Quería entrar por la ventana, ir a sus brazos, decirle que ellas estarían juntas para siempre y ayudarla como fuera. Pero no podía, lo único que conseguiría sería poner en peligro a las dos. Quién sabe lo que dirían sus familias. Nunca volvería a verla.
¿Pero entonces, qué hacer? ¿Qué podía hacer por Diana?
Entonces, se le ocurrió algo. Al principio sintió miedo, duda, pero se dio cuenta que no había otra solución. Bajó al suelo, cogió sus cosas y se alejó de la casa de Diana a paso rápido.
La enfermedad de Diana era muy difícil de curar. Sólo las personas más fuertes, y con los mejores médicos de todo el reino, tenían alguna esperanza de sobrevivir. Pero Diana no tenía ninguna de las dos cosas, no lo conseguiría por sí sola, y no le quedaba mucho tiempo.
La noche anterior, mientras buscaban un lugar al que ir, Aurora había leído que cerca de esas montañas había un lugar llamado El Lago de los Milagros, en el que crecía una planta que curaba cualquier enfermedad.
Sabía que no iba a ser un viaje tranquilo, sabía que se cruzaría con toda clase peligros, sabía que sería muy difícil sin Diana. Pero Aurora sabía que no había otra manera. Iría sola, conseguiría esa planta, y volvería a tiempo para salvar a Diana.