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Lauren siempre había querido una familia, su madre desde muy pequeña le había dicho que cuando fuera grande se casaría y tendría muchos hijos.

Soñaba con aquel día desde entonces, se veía así misma casada con un buen hombre y dos o tres rubios jugando a su alrededor, lo que nunca imagino es no seria un hombre, si no una mujer. Una hermosa mujer que había llegado a su vida, brindándole todo el amor podía desear.

No recordaba haber sentido tanto amor por alguien, antes de Camila, no recordaba si alguna vez le habían temblado las piernas y se había estremecido con cada roce, de un cuerpo sobre el suyo. No lo recordaba, porque con la única que lo había sentido y seguía sintiendo, era con Camila Cabello, su mujer, su amiga, su amante, su esposa, la madre de sus hijos.

Su sonrisa fue grande, cuando descubrió a su esposa intentando enseñarle a su pequeño hijo de ocho años, a manejar su primera tabla de surf.

El pequeño Liam estaba con el ceño fruncido, esta enojado pensó Lauren, pero al ver como se tambaleaba en la pequeña tabla y se caía, supo las razones de su enfado. Camila como buena profesora lo ayudaba a reponerse y una vez mas el pequeño Liam volvía a caerse, pero el era un Cabello/Jauregui, así que no podia darse por vencido.

L: ¡El almuerzo esta listo! - gritaba desde la orilla, llamando la atención de sus dos amores.

C: Mamá nos llama mi amor, mañana seguimos con el entrenamiento ¿De acuerdo?...

-Si mami - el pequeño agarraba su tabla y caminaba a la salida junto a su madre.

C: Ve a dejar tu tabla, ya te alcanzo - le decía a su pequeño hijo y este corría hacia la casa, no sin antes dedicarle una sonrisa a su otra madre.

L: Veo que va mejorando...

C: Por supuesto, tiene a la mejor entrenadora, su madre por supuesto -hablaba muy creída.

L: Y humilde también...

C: Touché - sonreía - ¿Cómo esta la esposa y la madre mas hermosa de este planeta? - rodeaba con sus firmes brazos la cintura de su mujer y la pegaba a su cuerpo.

L: Gorda... - hacia un adorable puchero y Camila no podía derretirse más de amor.

C: Es normal que estés rellenita mi amor, tienes en esa barriguita a mi princesita...

L: Si pero estoy gorda y fea - interrumpía a su esposa - De seguro ya no me vez sexy y en cualquier momento me cambiaras, por una de esas surfistas jóvenes y llenas de silicona - prácticamente lloraba y la morena sonreía por lo que le provocaban las hormonas de embarazo a su mujer.

C: A ver mi amor ¿Cuándo tuviste a Liam mire a otras mujeres?...

L: No, pero...

C: ¿Te cambie por otra?...

L: No...

C: ¿Entonces mi amor?, ninguna otra mujer hará que te deje Lauren, ninguna me hace, ni me hará sentir lo que tu me haces sentir, ¿Entiendes?, ya te lo dije una vez, que estés embarazada y gordita solo hace que me enamore mas de ti...

L: Lo siento - bajaba su cabeza avergonzada.

C: Esta bien mi amor, se que estas sensible por las hormonas - soltaba una sonrisita burlona.

L: Ya deja de fastidiarme...

C: Te amo Lauren Jauregui y eso no va a cambiar nunca - acercaba sus labios a los de su rubia y los besaba con delicadeza.

C: ¿Llamo Harry? - le pregunto a su esposa que estaba frente a ella, en la mesa.

L: Si, dijo que vendría unos días antes de que nazca la bebe...

Give me LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora