CAPITULO 4

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SAMANTHA

Estamos sentados en mi sofá color azul electrico, no se como, pero termine acostada con mi cabeza en su regazo y sus manos en mi cabello. Hemos hablado de todo, nombre completo, comida favorita, peliculas, gustos musicales. Resulta que se cambio de universidad, porque sus padres se cambiaron de casa, debido al trabajo, y a su madre le gusta tenerlo cerca y Evan para complacerla se cambió a mi misma universidad, le gustan los perros, su color favorito es el negro, su comida favorita es la lasaña, ama el helado ¡y lee!, yo que creía que los lectores no existian.

-¿En que piensas Sam?.

-Uh...en nada, sigamos con las preguntas, tu turno.

-Bien...um, que elijes, ¿salir a bailar, o ver una pelicula?.

-Pelicula -respondo decidida- soy un asco en bailar, de verdad paresco un robot.

Él ríe, esa risa, es tan...tan...nose es ronca y grave y me encanta.

-Tu turno -dice Evan.

-¿Que es lo que más te a gustado de mi? -pregunto con repentina curiosidad.

-Tu sonrisa, no lo se es tan ...radiante.

-¿Radiante? -pregunto divertida. Me muerdo el labio intentando contener la risa, fallo y me río, muy fuerte, segundos despúes Evan comenzó a reír, reimos, ¿segundos?, ¿minutos?, no lo se, solo nos detuvimos cuando me empezó a doler el estomago y Evan comenzó a toser, por lo cual me levanto, voy hacia la cocina y le traigo un vaso con agua.

-Toma -te tiendo el vaso, él lo toma y bebe el agua rapidamente.

-Gracias -sonrie y niega con la cabeza- debes pensar que soy ...

Lo interrumpo.

-Yo no pienso nada, solo que me sorprendes, te creí mas timido.

Sonrie jugetonamente.

-Soy una caja de sorpresas -dice.

Yo soy una caja de sorpresas.

Obiamente no le diría eso, nadie puede saber mi secreto (okay, mis muchos secretos), me a costado demasiado cubrir mi pasado, como para abrir mi gigantesca bocota.

Solo sonrio.

-¿Te puego preguntar algo?- digo desviando mis pensamientos hacia otro lado.

-Escupelo.

-¿Cuanto mides?, se que es un pregunta tonta, pero tengo una obsecion por saber la altura de la gente.

-1.87.

¡Lo sabía!

Nos volvemos a sentar en el sofá y seguimos hablando de todo, y a la vez de nada, le cuento que tengo una hermana menor que amo con todo mi corazón (o lo que queda de él) y el me dice que es el menor de tres hermanos y es el único hombre de la familia, su padre murió cuando tenía 17.

-Uh, lo lamento -le digo, me da penita, porque mis dos padres estan vivos, separados pero vivos.

-No te preocupes.

Y en ese momento me jala a su lado, me abraza y me da un beso en el cabello, el gesto parece tan natural... tan dulce, como si siempre conversaramos, como si llevaramos meses o quisas años de novios, asi que lo abrazo de vuelta.

-No te parece, que si alguien nos viera pensaria que somos novios de verdad -dice Evan, su voz es apenas un susurro.

No se porque, pero oír el "pensaria que somos novios de verdad", me pone triste.

No Samantha ni siquiera se te ocurra, ni siquiera lo conoces y no se te olvide, tu no puedes amar, tu no tienes esa capacidad, no despúes de lo hiciste, me dice mi conciencia.

Odio que mi conciencia tenga la razón y no mi corazón, odio no ser como las demás chicas, pero es verdad, soy una persona demasiado vacia como para darme el lujo de querer a alguien.

Evan se va a las 9:00 de la tarde.

**************************

Esa noche soñe que un hombre, (mas bien una sombra) me queria matar con un cuchillo, me persiguia por un pasillo larguisimo, yo corria descalza con unos short amarillos y una camiseta blanca, e intentaba gritar, pero las palabras no salian de mi boca, hasta que me tropeze con algo y caí, la sombra se acercaba más y más, levantó el cuchillo para matarme...

Invasores del CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora