CAPITULO 3

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EVAN

Ya pasó un día desde que Sam hablo conmigo, en este momento estoy cambiando mis libros en mi casillero para comenzar con la primera clase.

Camino por los pasillos apurado, esquivando personas cuando siento que una mano pequeña toma la mia y me arrastra hacia un armario, miro hacia todos lados confundido, ¡Dios que no me golpeen!, eso seria el colmo, segundo día y todo morado...

De repente encienden la luz, y todas mis preocupaciones se van, cuando veo un menudo cuerpo frente al mio, con su dedo indice puesto en medio de sus hermosos labios, hoy se ve hermosa, como siempre...(bueno como ayer), lleva el pelo suelto con ondas que le caen sutilmente por sus hombros y le quedan debajo del busto, lleva una camisa a cuadros azul, debajo de esta una camiseta blanca, unos jeans ajustados color negro y unas converse azules, ¿cuantas converse tendra esta mujer?.

-Hola - dice en un susurro.

-Hola - le respondo- ¿que haces aqui?.

-¿Te soy sincera?.

-Siempre -respondo, me choca que la gente no sea sincera.

-Okay, estaba pensando en formas de como podemos hacer que esto -dice moviendo su mano de ella hacia mi -funcione.

-No te comprendo - le digo confundido.

A ella se le pone una enorme y preciosa sonrisa en el rostro, y niega con la cabeza.

-Recuerda que tenemos que ser "novios" -dice haciendo comillas con sus dedos en la ultima palabra.

-¿Y?,sigo sin entender.

-Bien, tenemos que hacerle creer a Sarah...

La interrumpo y le digo: - ¿quien es Sarah?

- Sarah es la persona que me reto a ser tu novia, ahora ¿puedo continuar?.

Solo me limito a asentir.

-Okay, como decia tenemos que hacerle creer a Sarah que nosotros tenemos algo de verdad, entonces necesitamos ir conociendonos y todo eso, para despúes ser amigos y despúes novios, ¿comprendes?.

-Uh, si y ¿que sugieres? -pregunto derrepente ineresado.

- Para ser amigos tenemos que conocernos, ¿verdad?.

- Claro, ¿como suguieres que nos conozcamos? -arqueo una ceja coquetamente.

-Esto es serio -dice tratando de no sonreir.

-Bien -digo asintiendo.

-Te propongo algo, ¿te parece si vas a mi apartamento despúes de clases?.

La idea me sorprende y emociona, quiero saltar, pero obiamente no lo hago, no quiero parecer estupido e infantil, asi que mantengo mi cara sin emoción y mi voz neutra.

Asiento.

-¿A que hora? -pregunto tratando de no mostrarme emocionado.

- A las 7, vivo en...

La interrumpo.

-Se donde vives.

Arquea una ceja, preguntandose de donde saque esa información, ¡ya se leer sus expresiones y nos conocemos desde ayer!, esto es raro.

-Diego me dijo, resulta que vives dos pisos más abajo que yo.

Abre los ojos como platos, pero solo por un segundo, se recompone rapidamente.

-Okay...¿de casualidad Diego no te dijo el número del apartamento? -pregunta bromeando.

-Nop, me dijo TODO -hago enfasis en la ultima palabra- menos eso.

Niega con la cabeza sonriendo, he decidido que hasta ahora su sonrisa eslo que más me gusta de ella.

-Número 12, no te olvides.

Luego abre la puerta y se va dejandome solo en el armario.

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En este momento estoy fuera de su departamento, teniendo un debate interno, de si entrar o no, faltan diez minutos para las siete y he estado aqui hace cinco minutos...¿y si se arrepintió?...¿y si cree que soy raro por esperar afuera como un idiota?, niego con la cabeza para borrar de mi mente todas esas inseguridades.

En un segundo la puerta se abre y ella está apoyada en el marco de la puerta, está vestida con un pantalón de buzo ajustado color gris, una camiseta blanca y está descalza,su cabello esta tomado en una coleta alta y no tiene ni un rastro de maquillaje (aunque si usa es muy poco), me quedo mirandola es...wow, su piel es delicada y se ve tan suave que tengo la necesidad de tocarla.

Su voz me saca de mis pensamientos.

-Va a pasar o te ve me mas a quedar viendo toda la tarde.

-Es que estas hermosa -respondo, cuando las palabras abandonan mi boca , me sorprendo, no suelo ser así, normalmente me pondría rojo y nervioso, pero me gusta ser confiado, con ella me siento más a gusto.

Ella solo sonrie, y me invita a pasar.

Invasores del CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora