En encarcelamiento: Rukia y Byakuya

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Ay si, (risa diabólica) este Cristobadican me ha caído bien, muy bien porque es un muchacho igual de loco a mí. ¡Esto es una locura! Me he divertido mucho con sus shots y creo que este, no será la excepción.

Hola de nuevo mis divertidos y queridos masoquistas lectores. El día hoy, o la tarde, o lo que sea que tengan a la hora de leer esto, les traigo un nuevo shot. En este shot que aún no lo empiezo pero que se me quedara bien hot porque a mi Byakuya me fascina, abordaremos a una pareja que quien no se haya visto toda la serie o sea un completo desubicado peor que si mandaran a Kenpachi y a Yachiru por el pan, creería que es sádico. Pero no, no es así mis amores porque Byakuya y Rukia, ¡no son hermanos! No son hermanos y como Byakuya es mucho más enfermo y retorcido que yo, les mostraré; es decir perdón, les contaré. Me encantaría mostrarles con un manga bien hentai pero como la única salada de mi familia que no sabe dibujar pues soy yo, ¡ni modo! Toca usar las palabras como ilustraciones.

Entonces la cosa fue así.

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Rukia estaba encerrada en una celda por un delito que si me lo preguntan a mí, ¡que pendejada! Fue una estupidez que la enceraran y condenaran a muerte por eso porque luego nos dimos cuenta que, había habido un shinigami sustituto antes de que ella le traspasara parte de sus poderes a Ichigo. Era ridículo pero pues si eso no hubiera pasado, no hubiera habido serie ni nada de lo que hubo. La cuestión es que estoy divagando mucho (como siempre) pero ahí estaba.

Ahí estaba la pobre Rukia con un collar al cuello como si fuera un perro y mirando por esa redonda ventana al cielo. Estaba tan triste pero no porque iba a morir (otra ironía, ella era un alma pero la iban a matar, en fin...) esa no era la verdadera razón de su melancolía y su tristeza. Estaba muy triste y muy deprimida porque moriría y no podría volver al mundo de los humanos en donde había hecho tantos amigos y por donde había pasado por tantas cosas. Estaba muy triste al pensar que no volvería a sentir la dulzura con la que Orihime la miraba y le hablaba. Estaba muy deprimida porque moriría y no volvería a estar en una de esas emocionantes misiones con ellos que a pesar de haber estado la mayor parte del tiempo en un gigai y no servir para mucho, la habían llenado de buenas experiencias. Se sentía miserable y muy deprimida pero sobre todo por una y una sola cosa, porque no volvería a verlo a él. No volvería a ver ni a estar con Ichigo y eso le dolía muchísimo. Haberle entregado no solo su poder si no también su alma e infinidad de veces su cuerpo, había significado mucho para ella. Rukia se había enamorado por primera vez en su vida y ni siquiera lo que tuvo con Renji, fue tan fuerte y tan especial como lo que vivió con Ichigo durante todo ese tiempo en el que lo ayudó en su labor como shinigami sustituto.

Cada noche en donde muchos ingenuos creían que dormían profundamente y separados, fue muy feliz entre sus brazos. Ichigo no sólo resultó diestro y muy eficiente para manejar una enorme zanpakuto que lo doblaba en tamaño, también resultó ser muy hábil para manejar su mejor "espada" a pesar de la poca experiencia que tenía porque, ¿si sabían no? Rukia era más perversa que yo y una acalorada noche de luna llena, se robó la virginidad de un peli anaranjado guerrero.

Rukia cerró los ojos y en ese preciso momento en donde el serio de Byakuya entraba a su celda para "saludarla" recordó la última vez que estuvieron juntos y en su cama.

Flashback...

— ¿Por qué siempre me dices lo mismo cada que lo hacemos, Rukia? ¿Por qué te ves tan triste? ¿Es que lo hice mal o qué?

Bleach: serie de one-shots lemonsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora