Una agradable confusión: Uryuu y Rukia

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¡Hola! No se espanten porque yo generalmente (risa) soy así cuando estoy en la página, intento ser muy alegre. Hola de nuevo mis queridos lectores lemon y pues, ¿qué creen? sí, sí mis estimados juguetes sexuales. ¡Un nuevo shot! Este shot me lo pidió Ilse y espero de todo corazón le guste. Yo escribo con mucho amor para todos ustedes y mi idea es la de divertirlos; espero poder estar logrando el cometido hasta ahora.

Ok, entonces la cuestión es esta. Ilse me dice: "oye, ya me despertaste la curiosidad" y yo digo, ¡qué bien! Ay si mis amores, a mi Uryuu, me fascina porque es como el prototipo de hombre que me enloquece. Es serio, de ojos azules y hablador, muy hablador. Pero como ya es hora de darle inicio al shot, les diré.

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Pues como les parece que Uryuu si se quedó con Orihime esa noche. Él, feliz y encantado de la vida, aceptó la invitación que ella le hizo pero, ¡pobre Orihime! Este hombre salió igual a como era ella a veces, insaciable. Haciéndoselo y haciéndoselo de muchas formas en su casa, se acostaron muy tarde y fueron algo descuidados. Dejaron la ventana abierta y el frio viento de la noche los resfrió. Por eso al otro día ninguno de los dos pudo ir a la escuela.

A Uryuu, que le fascinaba Orihime y quería algo más que una intensa sección de sexo ocasional con ella, se quedó todo ese día y a pesar de lo indispuesto que se sentía, la atendió como lo que se merecía, como una reina. Cocinándole, al pendiente de que se tomara los medicamentos correctamente y acostado a su lado, pasó de una forma muy extraña el mejor día de su vida. Orihime hasta constipada y con fiebre, resfriada y con los ojos llorosos, se veía como siempre, hermosa. Pensaba él que estaba muy, muy enamorado de ella.

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Al otro día después de eso y sintiéndose un poco mejor, se arregló para ir a la escuela. Uryuu solo necesito de un día para recuperarse pero la delicada y dulce Orihime, (nótese que es sarcasmo) aún no se sentía bien. Por eso en la cama y muy bien arropada, levantó un poco la cabeza para despedirse de Uryuu.

Él, se veía impecable porque como era como yo, tan maniático a veces, había lavado y arreglado su uniforme el día anterior de pues de mucho atenderla.

—Ay Ishida te ves... tan guapo, tan bello en ese uniforme.

— Eh, gracias Inoue. —Le contestó, ¿pueden creerlo? Sonrojado. Luego soltó la maleta en el suelo y fue hasta donde ella estaba—Ni modo de decirte que tú te ves hermosa porque por más que te lo digo, no me crees.

— Sí que eres mentiroso.

Se sentó mejor en la cama y sonrió.

— Ya te dije que no me digas eso porque tengo espejo. Sé y soy completamente consciente que me veo del carajo. ¡Horrible! Y es por eso que....

Orihime iba a decirle algo pero él no la dejó terminar de hablar. Uryuu si se lo decía en serio. A él le parecía que se veía hermosa y sin poder resistirse a la tentación que era ver sus hermosos labios hablarle; esos labios que por más que los besara no lograban saciar su sed y necesidad de ella, eran irresistibles para él, la besó. Dándole un dulce beso y luego separándose, le pareció muy tierno ver sus mejillas tan rojas. Aunque estaba confundido. No sabía si era por la fiebre o porque la había emocionado su beso.

Par su suerte ella habló y le contestó ambas preguntas.

— ¿Seguro te tienes que ir a la escuela, Uryuu?

— Aja, ¿con que Uryuu eh? A mi linda Orihime, nena, —le dio un tierno beso en la nariz—tengo que ir. Créeme que si no fuera importante no me iría pero no, mejor dime tú, ¿segura ya se te bajo la fiebre? Porque te veo un poco, —se acomodó los lentes y sonrió con malicia—roja. ¿Segura te puedes quedar sola hasta que terminen las clases? Porque si quieres yo puedo....

Bleach: serie de one-shots lemonsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora