Un ¿lamentable error? Sado y Hinamori

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Hola, hola de nuevo mis muy queridos juguetes sexuales y les diré. El día de hoy les traigo un shot que me pidió el gracioso de Cristobadican el otro día. Me dice que a Sado no lo hemos puesto a hacer deliciosas maldades pero, ¿saben algo mis queridos y muy divertidos lectores lemon? Existe una razón para eso. Sado hmmm, Sado es más serio de lo que ustedes creen y eso están a punto de leerlo.

Gracias por su amable lectura, sus bellos e inspiradores comentarios, y pues mi niños, empecemos. ¿Quieren? Si, sé que eso es lo que quieren porque, ¡yo también!

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Aquí no los vamos a situar en ningún relleno porque pues no, no quiero (risa) no mentiras, no por eso. Es que de verdad yo no sé de donde se sacó esta pareja Cristobadican y ahora sí que puso a mi cerebro a trabajar a mil por hora. ¡Increíble! Entonces les diré para darle paso a los personajes que esto pasó hace mucho, mucho tiempo; fue en los inicios de la serie. Esto pasó cuando Ichigo fue con todos sus amiguitos a la sociedad de almas para rescatar a Rukia (ya lo he dicho pero es la verdad mis amores ¡qué hijo de la gran.... rescate tan demorado y difícil! Peor que aquí en mi país cuando se sientan a disque subirle al salario mínimo. ¡El colmo!) Pasó una noche en donde ya había pasado todo lo que había pasado con Rukia y en donde el pobre lerdo de Sado, dormía pacíficamente en un futón muy abrigado.

Bueno, eso fue hasta que recibió una inesperada visita a muy altas horas de la madrugada.

— Pero, ¿usted? ¿Qué hace usted aquí?

— Shu, no digas nada lindo, no digas nada.

Quien había entrado a escondidas a la habitación en donde se encontraba el pobre y cansado Sado durmiendo, fue Hinamori. Momo Hinamori en esa época no tenía nada con Toshiro porque como seguía enamorada hasta el apellido del sádico de Aizen, pues no le prestaba atención pero eso no quería decir, que no tuviera necesidades. La pobre Hinamori estaba muy caliente esa noche y quitándose con lentitud aquella bata blanca, quedó completamente desnuda frente a un ya preocupado Sado.

Sado, Sado era un macho, un macho de pecho peludo (en sentido figurado, no literal) y era un machote en todo el sentido de la palabra pero pues no quería meterse en problemas. Recién habían salido de uno para meterse en otro no, pensó que eso no era lo más recomendable por el momento. Él, sabía que Toshiro botaba la baba por ella y como Toshiro podía ser todo lo bajito que fuera pero pegaba muy duro cuando le sacaban la mierda, no se quería ganar una muerte pendeja y todo por una calentura de una bella, bella shinigami que estaba muy dispuesta.

Mas encartado que yo en la cocina cuando me coge la tarde para hacer almuerzo, no sabía cómo detener sus aceleradas caricias sobre su ya erecto y ENORME miembro.

— Por favor, por favor señorita shinigami, se lo ruego, no más. Vístase y si usted gusta, la acompaño hasta su habitación para....

Ese pobre Sado no pudo terminar de hablar porque Hinamori estaba tan caliente y necesitada de una buena acogida muy intensa que, ¡pam! Cayó sobre él completamente y lo besó con mucha insistencia y toda su pasión.

Ustedes dirán: "Pero es que, esta mujer ahora si se pasó de loca. ¿Hinamori en esas? No, no creo" Pues yo les digo que sí, sí mis amores porque es que ustedes no saben lo que sí sé yo. Resulta que una noche hace mucho, mucho tiempo en la sociedad de almas, Hinamori le entregó su virginidad a Aizen (como muchas otras lo hicieron con ese triple papito) y aprendió muchas, muchas cosas que ese miserable le enseñó. Ella era una chica muy dulce, amable y atenta con todos pero, en su cotidianidad. Ya cuando se trataba de cama y sexo, era completamente diferente y eso ustedes mis queridos y pervertidos lectores lemon están a punto de leerlo.

Bleach: serie de one-shots lemonsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora