Prefacio

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Mi infancia es un recuerdo agradable el cual atesorar, pero mi adolescencia prefiero olvidarla, o no hacerlo, porque de todos modos siempre se encontrará presente en vagos pensamientos de mi mente.

Nunca he estado sola, siempre he tenido a mi madre que me ha inculcado las mejores cosas de la vida y los mejores recuerdos los tengo con ella; mi padre, no sé qué pensar de él, simplemente nos abandonó cuando yo tenía trece años, diciendo que necesitaba irse y que volvería cuando se solucionen sus problemas.

No sé qué puedo pensar de una persona a la cual, no sé qué debo sentir, no sé cómo llamarlo, si papá o maldito bastardo de mierda.

La vida es una mierda, la sociedad es una mierda, todo lo es, todo es una mierda inservible.

La vida dejó de parecerme valiosa cuando asesinaron a mi madre, allí se fue mi vida.

Lo único que podía hacer era algo que me mantuviera viva por un tiempo y sólo necesitaba aspirar un poco de crack para mantenerme en este mundo.

Me iré al infierno, pero igual todos nos encontraremos allí.

Por a los que les arruiné su vida, aquellos que los atraje a mi mundo oscuro, aquellos que maté, aquellos que los hice pecar contra Dios; por todos ellos me voy al infierno.

Mi vida estaba arruinada y no tenía salvación hasta que los conocí.

Mis dulces mafiosos.

Dulcemente MafiosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora