Capitulo 3

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Siempre he sido una soñadora, a veces o la mayoría de mis sueños son locuras pero al fin y al cabo son muy mis locuras, y si hay algo que puede hacer mis sueños más perfectos, es imaginarlos todos estando en el mar. No hay lugar más mágico que la playa, amo estar ahí, me relajo, me conecto conmigo misma, pienso, imagino, sueño... bueno al menos todo eso solía hacerlo. Ya no. Llevo días de vacaciones con mi familia en el lugar que más me gusta y no puedo disfrutarlo, y eso es lo que más me molesta, que la única razón por la que no puedo se llama Poncho, y lo odio más por eso, por quitarme ese placer.

Que injusto, pensé que alejándome estos días me iba a tranquilizar, me iba hacer ver las cosas desde otra perspectiva, no sé, tal vez dejar de ver a Poncho como hombre y sólo concentrarme en verlo como amigo. Pero a quien fregados engaño, eso es imposible!, no puedo separar a Poncho en partes, lo que amo de él es eso... todo, el hombre, el amigo, el conjunto. De igual forma tampoco puedo dividir lo que siento, sinceramente puedo decir que quiero verlo feliz pero no puedo dejar de sentir el querer verlo feliz pero conmigo.

Todavía no puedo creer que lo perdí, qué estúpida fui. No sé que fue lo que me hizo pensar que viviría por siempre esperando a que yo me decidiera a formalizar, o a lo mejor me hizo estar tranquila el hecho de que literalmente no tenemos tiempo libre, ¿a qué hora iba a conseguirse novia si casi no tenemos vida fuera de RBD?

Pero también tengo razones bastante válidas para no haber aceptado andar con él, bueno más bien sólo es una razón, lealtad. Maldita lealtad a Dulce, y también un poco de miedo a la reacción colectiva. Ya me imagino lo que no iban a decir de mí, y creo que si no fuera yo la involucrada también lo pensaría.

Yo empecé a tratar a Poncho cuando ya andaba con Dulce, pero era sólo eso, el novio de Dulce, el compañero de novela, el nuevo en el medio artístico, pero desde el primer momento hicimos conexión. Y siempre existió esa atracción pero oculta, no había de otra más que hacerme tonta cuando sentía esas mariposas en el estómago, mariposas por la pareja de mi amiga. Fue horrible, pero en ese entonces yo también traía otros intereses amorosos por ahí, así que me ayudaba a distraer lo que sentía por Poncho.

Y viene Rebelde, y viene mi pareja protagónica...él. Me vería bastante falsa si dijera que casi ni me emocioné cuando me enteré que él sería el Miguel de mi Mía, lo vi como un escaparate, no lo podía tener en la vida real, pero ahhh vaya que lo iba a disfrutar en ficción. ¿Mala amiga? No sé, a lo mejor si son pensamientos de una mala amiga, pero a ver, dile al corazón y a las hormonas que dejen de hacerte sentir eso?,Está cañón, no es tan fácil, y menos cuando sabes que no le eres indiferente al susodicho.

Antes de Rebelde nunca pasó nada entre nosotros, el coqueteo existía, y no voy a echar mentiras, hubieron intentos de besos, pero ganaba la lealtad y el miedo de echar a perder todo. Juré que después de darle en escena el primer beso se me quitaría la tentación, y listo podría seguir viviendo a gusto, pero que sorpresa nos llevamos caray!, nadie me avisó de las chispas que iban a saltar cuando él tocara mis labios, o de lo agitado que iba a traer el corazón, o de las ganas que me dieron de que desaparecieran en ese mismo instante todos los camarógrafos, director y hasta la misma Dulce del foro. Mala amiga, ya sé que soy una mala amiga, pero que rico beso, y no sólo eso, que increíble era compartir escena con él, amaba la magia y la tensión y la conexión que teníamos, todo fluía natural, y esa confianza junto con las horas intensas de grabación ayudaron a que se fortaleciera la amistad. Me volví réferi en la relación de Poncho y Dulce, a los dos los quería y por supuesto que dejaba de lado lo mucho que me gustaba él, y trataba de que ellos estuvieran estables, por su bien y por el del resto del elenco.

Así que mientras ellos arreglaban su vida, yo casi sin darme cuenta me enamoré de otra persona. Christopher representaba lo opuesto a Poncho, a pesar de que los dos siempre me han consentido y tratado como princesa, Chris es como el lado pacífico, me daba tranquilidad, estabilidad, me provocaba ternura, me salía mi lado niña con él, mientras que Poncho me hacía sentir sexy, coqueta, madura, eran otros temas, otros juegos, otro entendimiento.

Somos actores profesionales, tenemos que aprender a dejar de lado celos que podamos sentir por el trabajo que realiza el otro, y no me refiero a quién consigue el mejor papel, o quién canta más estrofas en una canción. Estoy hablando de los celos que dan por ver que tu novio besa y acaricia a otra en pantalla, y esa otra es tu mejor amiga por eso sabes que está mal sentirlos, pero cómo evitar no hacerlo cuando al mismo tiempo te mueres de ganas por que el novio de tu mejor amiga te bese y te acaricie a ti en lugar de a ella? Revuelto, yo sé, pero así pasaba, era un conflicto asqueroso de sentimientos. Aquí eran todos con todos. No había de otra.

Después de bastantes meses así, llega la tranquilidad, ay cómo disfruté esa etapa, ya no había noviazgos de por medio, las tensiones entre ex parejas se iban bajando y las amistades con otras personas se iban fortaleciendo. Como quien dice, ya no había nada, bueno casi nada, que me impidiera estar más y más cerca de Poncho.

Que chistoso que ahorita lo que más quiero es estar pero a kilómetros de distancia de él. Y él? ¿Pensará en mí?

Confesiones (Any Y Poncho)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora