24 de Septiembre
Querido Diario:Papá y mamá todavía no han llegado, de modo que aprovecho estos minutos para escribiralgunas líneas. Estoy en una encrucijada. Nathan me gusta de verdad, pero detesto que creaque soy una persona que en realidad no soy. Quizás deba confesar la razón por la cual trabajoen Lavender House. Pero...tal vez no. Por otra parte, no quiero que piense que estoymintiendo... O sea, no se puede decir que estoy mintiendo exactamente cuando lo único que hehecho es omitir explicar un asunto personal. ¿Será así? Oh, ¿A quien trato de engañar? El quecalla otorga, de modo que estoy mintiendo de todas maneras .Sin embargo, me gusta mucho. Allado de Nathan, Todd parece un chiquilín. Y no porque no sea agradable. Lo es. Pero lomáximo que ha hecho en su vida laboralmente hablando, es formar parte de la tripulación en elyate de su primo. Creo que voy a esperar a que Nathan y o nos conozcamos un poco más antesde revelarle toda la verdad. ¿Porqué la vida es tan complicada? Por fin conozco a un tipoincreíble, y termina metida en un lío.— Jean — gritó su madre desde abajo —, ya llegamos, baja tu padre quiere hablar contigo. Jean frunció el entrecejo. Aquellas palabras sonaron ominosas. Arrojó su diario en un cajónbajó corriendo.— Hola ¿Qué tal el club? — preguntó al entrar en el living. Su padre estaba parado frente alhogar, y la madre sentada en el sillón.— Muy bueno — respondió el padre — ¿Qué tal la biblioteca? ―Oh, Santo Dios — pensó Jean — me pescaron cenando con Nathan‖— Oh, bien. Terminé el resumen del libro y tomé algunas notas para mi examen de historia. _Estaba realmente nerviosa. Aunque no había faltado a la verdad, su respuesta parecía falsa.— Bien — Gerald se dirigió al sofá para sentarse junto a su esposa — Nos gustaría hablarcontigo.— ¿Acerca de qué? — preguntó Jean.— Acerca de ese lugar en el que estás trabajando. Lavender House. — Hizo una pausa — Jean,ese no es un hogar de ancianos. Joe Martell está en el directorio y me dijo que es un hogar paraenfermos terminales Decidió hacerse la tonta.— ¿Y?— ¡Y! ¿Es todo lo que tienes que decir? — Protestó su madre — Estás trabajando en un hogarpara enfermos terminales y ni siquiera nos has avisado.— No me pareció importante. No encuentro demasiadas diferencias entre un hogar paraancianos y un hogar para enfermos terminales.— ¡Que no hay demasiada diferencia! — Eileen meneó la cabeza — No seas ridícula. La genteva a esos establecimientos a morir.— También se mueren en los hogares de ancianos.— Pero muchos siguen viviendo — Refunfuñó la señora McNab — Tienes diecisiete años. Lagente del Departamento de Libertad Condicional no tiene derecho a confinarte en un lugar así.Podría ser terriblemente perjudicial para tu salud emocional. Decidió recurrir a otra táctica.— Por tu actitud, parecería que yo soy la culpable de eso. — dijo a la defensiva — Si mal norecuerdo, hace pocos días tú y papá opinaban que yo me merecía el peor de los castigos. ¿A quéviene tanto escándalo ahora? Sus padres intercambiaron miradas de culpa.— Sea cual fuere la impresión que te llevaste en ese momento — Acotó su padre por fin — Dehaber sabido que Lavender House era un hogar para enfermos terminales y no un simplegeriátrico, habría removido cielo y tierra para obligar al Departamento de Libertad Condicionala que te transfiriera.— Tú estabas conmigo cuando dictaron la sentencia — señaló Jean.— Oh, lo hecho, hecho está. — Comentó Eileen de inmediato. — La cuestión es que un hogarpara enfermos terminales no es un sitio apropiado para una chica de diecisiete años.— Pero, mamá — se esforzó por mantener un tono sereno — me gusta trabajar allí.— Poco me importa si te gusta a o no — Se levantó del sillón de un salto y comenzó a caminarde aquí para allá por el living. — a tu edad es poco saludable estar expuesta a la muerte enforma permanente. Vaya, sólo mírate al espejo.— No veo nada malo en mí.— Pero te ha afectado — se detuvo frente al hogar, se dio vuelta de repente y miró ceñuda a suhija — Mírate. No te alimentas bien, estas deprimida, y vaya a saber que enfermedades corres elriesgo de contraer en ese lugar. Jean tragó saliva. Rayos, todo esto era culpa suya. Si ella no hubiera pasado tanto tiempohaciéndose la deprimida por los rincones, sus padres no estarían sermoneándola por lo deLavender House. Bueno, sin todo ese teatro, sus padres tampoco se habrían fastidiado tanto a enterarse de que en realidad se trataba de un hogar para enfermos terminales. Ahora tendría quecontrolar seriamente los daños causados.— Debo reconocer que en un principio estaba bastante deprimida — comenzó con cautela —pero, por sobre todas las cosas, fue por el hecho de que me hubieran arrestado. Mi fastidio notenía nada que ver con el lugar en sí.— ¿Tienen pacientes con sida allí? — preguntó su padre mirándola a los ojos. Jean no se animó a mentir. Le habría muy fácil averiguarlo.— Un par. Pero yo casi no tengo contacto con ellos.— ¿Qué quieres decir con eso de ―casi‖?— Que ni siquiera los veo muy seguido — respondió Jean con franqueza — Por lo generalestán durmiendo cuando yo llego.— ¿Tienes algún contacto con sus fluidos corporales? La chica suspiró. Papá estaba dispuesto a jugar al abogado.— No — primera mentirilla. Aunque, en realidad no era una mentira en el estricto orden de lapalabra. Refregar unos cuentos inodoros y lavabos no era estar en contacto con los fluidoscorporales de los pacientes. Además no quería cumplir su servicio comunitario en otra parte. Ysi dejaba Lavender House, no volvería a ver a Nathan, ni a Polly, ni a Gabriel. — Mira todo loque hago es preparar las bandejas con la cena, algunas tareas domésticas, y visitar algunospacientes. Sólo hay uno o dos casos de sida y esas personas están tan deterioradas, que pasan lamayor parte del tiempo en cama.— Pero sigue siendo un hogar para enfermos terminales. — Vociferó la madre — Y no creoque te corresponda estar en ese sitio. No está bien. No es saludable.— Cálmate querida — susurró su padre — Todo saldrá bien. Si notamos que ese sitio empiezaa alterar la salud mental de nuestra hija, tomaré cartas en el asunto. Tengo conexiones en lacomunidad legal de esta cuidad.— ¿Y qué significa eso? — preguntó Jean._ Significa que podríamos conseguir que cumplas tus servicios comunitarios en otra parte, en elHospital Municipal, por ejemplo _ La miraba a los ojos mientras hablaba.— Pero yo no quiero trabajar allí — protestó — Allí hay muchas voluntarias. Todas lasadolescentes bobas del Landsdale High trabajan allí para poder coquetear con los pacientes. Loúltimo que necesitan es otra voluntaria.— Ése no es el caso — interpuso su madre.— Te sientes muy comprometida a seguir trabajando en Lavender House — observó su padre,muy serio — ¿Porqué?
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No me olvides-Cheryl Lanham
De Todo"Querido diario: ¿Por qué la vida es tan difícil? Cuando me sorprendieron robando, creí que el mundo se derrumbaba. Fue una estúpida travesura, pero eso no fue lo peor: la jueza me impuso una pena de trescientas horas de servicio comunitarios. ¡Toda...