Pain.―Stiles Stilinski [Pausada]

-4-

- ¿Acaso que Hale esté a punto de morir te parece algo no tan malo? -Preguntó con plena indignación mientras alzaba la voz en el asiento delantero del Jeep perteneciente a Stiles.

-Sam.. Calmate, ¿Sí? - Él intentaba calmarla. Habían salido de la escuela y Derek Hale los había sorprendido cruzandose en su propio camino.

-Calmarme.. Claro... Solo falta un escuadrón de patos que caminen en frente nuestro pidiendo asilo en mi habitación Stilinski, Me calmare ahora que un tipo cae casi inconsciente delante del jeep, mientras gruñe, le brillan los ojos y pide que encuentren una bala... ¡En la casa de Allison! ¿Así quieres que me calme?

Estaba completamente asustada. No estaba entendiendo que diablos sucedía y Scott, Derek y Stiles parecían saber de a que se estaban enfrentando.

-¿Pueden detener su pelea tan solo un momento y decirme a donde diablos me llevan?

-A tu casa lobit...-Stiles se mordió la lengua y siguió conduciendo como si nada. La chica a su lado fruncio el ceño y fulmino a su mejor amigo. Se undio en su asiento y cruzó sus brazos.

- ¿Mi casa? No... No puedes llevarme a mi casa, no puedo protegerme.

-Van a tener que explicarme que es todo esto.

- ¿Aún no lo sabe? ¿Es su mejor amiga y no lo descubrió aún?

-Gracias por la observación, Hale.
Sam rodó los ojos y soltó un gran gruñido.

-No lo sabrás... No mientras yo viva.
Por un momento, los iris color avellana de Stiles demostraron preocupación y miedo. Pero enseguida todo aquello desapareció, siendo suplantado por un ceño fruncido.

-Van a decirmelo. O yo sola lo descubrire, y yo no me rindo fácil.
Stiles mordió su labio, sabía que lo que decía la chica era verdad.

-La verdad es que... Scott y Derek son hombres..
No terminó su frase, porque su teléfono sonó y el nombre de "Scott" apareció en la pantalla.

- ¿Más tiempo? ¿Veterinaria?
Se quedó callado un tiempo y después bufo.

-Vas a pagarme muy caro por esto.
Colgó.

-¿Donde hay que ir?
Preguntó la chica mientras miraba curiosa y fulminantemente a Stiles.

-A el trabajo de Scott.

~

- ¿¡Tu estás demente!? ¡¿Cortar tu brazo por una bala?!

- Oh por dios.. ¡No es una bala normal, tiene que hacerlo para sobrevivir!

-Oh.. Vete al diablo Hale.-Sam estaba que explotaba de isteria. Sus gritos debían ser escuchados desde todo Beacon Hills.
Stiles dio un golpe en la mesa y tomó la cierra, para luego acercarse a Derek y apuntar a su brazo.

-Sam.. No veas.
Le advirtió el chico y antes de que el filo tocara la piel del Hale, Scott cruzó la puerta con una pequeña bala de.. ¿Plata, metal?

-Gracias a Dios..
Susurró Stiles y arrojó la cierra muy lejos. Derek tomó aquella pequeña bala y ... Se desmayó.

-Oh no.. ¿Por qué todo nos pasa a nosotros?

Lloriqueo Stilinski y Sam, se adelantó. Tomando el control de la situación, levantó su mano y golpeó el rostro de Derek varias veces hasta que despertó.

Sam se quedó helada, en cuanto dos colmillos salieron de su boca y el pelo le creció ferozmente.

Gritó y se alejó, quedándose en shock arrinconada en la habitación.

- ¡Sam! ¿Estás bien?
Stiles se acercó a ella y la rodeo con sus brazos, conteniendola.

-No ha sido nada..

-Oh claro... Casi muero. Todo perfecto.

-El sarcasmo es indicio de buen estado..

Stiles bromeó todavía abrazado a su mejor amiga y dejó un beso en su cabeza, para luego separarse y tomar su mano.

-Sam.. Se que tienes dudas y querrás saber muchas..

-¿Muchas? ¿¡Casi un lobo me come entera y tu dices que tengo dudas Scott!? Ya van a decirme que sucede aquí, o juro nunca más dirigirles la palabra. Nunca.

-Amenazó con agresividad mirando a los dos adolecentes y después de un rato en silencio, hablaron.

- Scott y yo, somos hombres lobo.

A partir de ahí, la vista se nubló y su respiración se entre cortó.

Estaba teniendo un ataque de pánico por la información asimilada.

- ¡Sam! ¡Sammy! Sam respira, piensa en el otro día. Con la película, piensa en cuando éramos niños, en tus amigas, en Lydia. Piensa en mí.

Stiles fue a socorrerla y al ver que el aire no pasaba por su garganta, la besó.

Sam contuvo la respiración y sintió como sus hombros se relajaban y por un momento cerró los ojos.

Cuando los abrio, no sabía quien de los cuatro estaba más sorprendido.