Pain.―Stiles Stilinski [Pausada]

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― Desapareció..

Stiles estaba completamente bañado en un mar de nervios, Scott lo miraba expectante y estudiaba sus movimientos, mientras que la castaña en la habitación tenía una completa mirada preocupada que fácilmente no se iría. Por lo menos no sin una lógica explicación.

― Está bien. No importa.

El de ojos avellanas dio media vuelta, dando un pequeño pique hasta el armario y sacó de su bolsillo un manojo con llaves.

― Está bien, aún tengo la llave.

Se acercó a la puerta y comenzó a rebuscar entre todas las llaves que colgaban del pequeño aro metálico, buscando la perteneciente a la cerradura.

― ¿Que diablos?

Sam frunció el ceño, no necesitaba ser coyote o lobo para saber que algo olía extraño. Miró a Stiles con confusión, ¿Qué era lo que sucedía? Lo único que notaba eran nervios y más nervios, el Stilinski parecía una polilla yendo a la luz y las ganas de golpearlo de parte de la chica aumentaban con cada segundo.

Lo escuchó murmurar millones de cosas, ¿Que llave la misma de anoche?

― Espera.. ¿Hablas de la llave de anoche?

― ¿Se las mostré verdad? Lo hice.

― De hecho.. Solo nos hablaste de ella.

Las palabras de Scott parecieron alterar aún más a Stiles, por lo cual Sam le dio un codazo y enseguida sintió como por un segundo se desconectó del universo entero, fue como si sus sentidos se apagaran y su vista se volviera nublada de repente. Vio como una especie de luciernaga llegaba a su mano y ella la aplastaba. Volvió a la realidad, como si hubiera sido presa de una visión y lo que escuchó la dejó fuera de foco.

― Sam te acompañará, ¿No?

Ella solo asintió, mas no había escuchado absolutamente nada. Stiles la tomó de la mano y la sacó de la habitación.

¿Qué había sido sido lo de hace unos minutos?

La sensación que había tenido era más que extraña, como si su estómago se perdiera en sus propios giros y la sensación de estar dormida la atacara. ¿Qué era aquel insecto? ¿Aquella fría sensación?

Solo había una opción, lo que había visto era una visión. Mas ella todavía no lo sabía, ¿Y quién sí?