Y abrí los ojos sobresaltada por algo que sonó muy fuerte en mi habitación.
Ugh, el despertador.
Primer día de instituto, 1° de Bachillerato. Por una parte no quería que empezara porque... ya sabéis... estudiar...
Pero por otra tenía ganas, volver a ver a todos mis amigos y profesores, la vuelta a la realidad, ya me entendéis.
Así que tras hacer mis típicas reflexiones matutinas sobre la nada, me levanté de un salto y me lavé la cara, los dientes y me vestí y peiné para después desayunar y coger el autobús hasta el instituto.
El bus se para, ¡hemos llegado! Me apetecía.
Miré las listas y allí ví mi nombre: Celia Mata Yepes, en 1° de Bachillerato A.
El continuo y típico murmullo de los pasillos sólo trataba de un supuesto chico nuevo que iba en mi clase.
*dentro de la clase*
Hora de la presentación. Me siento en una silla sola en clase porque lo prefiero, pero aún no veo chicos nuevos...
Justo después, llaman a la puerta y vemos a un chico alto, castaño, con ojos azules-verdes y unos labios gorditos. Es guapo, pensé.
Avanzó unos pasos hasta mi mesa y me preguntó "Está ocupado este sitio?" con una sonrisa en la cara y le respondí sonriente "No, siéntate :)"
"Me llamo Manu" me dijo (*a partir de ahora, M significará Manu, y C significará Celia*)
M: Me llamo Manu
C: Yo me llamo Celia, encantada
Sonrió. Dios, me encanta.
La profesora mandó silencio y nos dijo que teníamos que salir cada uno a dar una pequeña presentación.
Mi turno. Me levanto. Me acerco a delante de la pizarra.
C: Me llamo Celia, tengo 16 años y me encanta la música y la natación.
La profesora preguntó si alguien quería decir algo al respecto, y Manu levanta la mano. Me pongo nerviosa.
M: Tienes una sonrisa preciosa.
Automaticamente todo el mundo me mira, y me quedo como un tomate. (Homenaje a estefania)
Al salir de la clase, Manu me llama para hablar conmigo.
