Capítulo 1.2 PREPARANDO MALETAS

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Todo es amor, el universo no es más que amor

La tarde estaba terminando, Felipe había avanzado con gran parte de la tarea pero sentía algo de sueño y cansancio por lo que decidió dejar de lado sus cuadernos, fue por un vaso de agua a la cocina y volvió a su habitación, bebió un poco y casi de inmediato se quedó dormido.

Se encontraba en un camino que no había estado antes, habían árboles al rededor de los que caían hojas secas era la entrada a un bosque amarillo, los árboles estaban secos y las hojas revoloteaban con la suave brisa.

Empezó a andar por ese camino sin ninguna preocupación, con cada paso que daba se adentraba más en ese bosque, los rayos del sol penetraban de entre los árboles iluminando un punto en medio del camino, Felipe intentaba llegar allí pero con cada paso que daba parecía que esa luz se alejaba más. Sintiéndose inútil y agotado decidió detenerse por un momento a recobrar fuerzas, ahora era esa luz que venía hacia él y lo iluminaba, muy pronto todo se volvió blanco y no veía nada.

Enseguida escuchó una voz que le llamaba por su nombre y le decía "Felipe no hay nada que temer aquí estoy", el se sentía tranquilo con esa Voz le era amigable, luego la luz desapareció rápidamente volviéndolo al camino con hojas secas dónde se encontraba antes, esta vez el camino lo llevaba fuera del bosque.

Mientras tanto su padre había llegado del trabajo, lo recibió Anie:

-Buenas noches sr. Clayton

-Buenas noches Anie

-¿Como estuvo su trabajo?

-Bien hubo mucho movimiento hoy, algunos expedientes por revisar, un montón de papeles que archivar algunas entrevistas que realizar... en fin.

-Entiendo señor, por favor sírvase su comida para que pueda ir a descansar antes de que se enfríe.

-Muchas gracias Anie, de todas formas mañana tengo el día libre podré descansar lo suficiente. ¿Y mi hijo?

-Está dormido arriba, también fue un día muy cansado para él.

-Por favor despiértelo me gustaría que venga a cenar conmigo.

-Enseguida señor.

Subió Anie al cuarto de Felipe para cumplir con la orden de su patrón, él ya había despertado pero aun se encontraba en la cama. Anie tocó la puerta de su habitación.

-Pasa Anie está abierto

-Felipe tu padre acaba de llegar y esta abajo, dice que le gustaría cenar contigo.

-Bueno está bien enseguida bajo.

Anie estaba llegando a la cocina y casi tras de ella entró Felipe:

-Hola papá dijo lanzándose a sus brazos

-Mi muchacho como estás tanto tiempo sin verte.

-No exageres papá son apenas 3 días que no te he visto.

-A ¿entonces no me has extrañado?

-No digas eso papá tu sabes que si y mucho.

-Adivina que... mañana tengo el día libre, ¿que te gustaría que hagamos?

-Bueno la verdad no se tengo bastante tarea que me gustaría adelantar para la próxima semana, de todas formas pensaré que podemos hacer.

-Seguro.

Mientras platicaban habían terminado de cenar, luego de recoger la mesa y dejar todo listo para que Anie los lavara fueron a ver un poco de televisión juntos, pusieron un partido de fútbol pero Julien se quedó dormido al poco tiempo.

A Felipe no le pareció importante así que terminó el primer tiempo y apagó el televisor su padre se despertó y por lo cansado que estaba fue a su habitación a descansar, Felipe hizo lo mismo, luego de lavarse los dientes fue a su habitación y aunque no tenía sueño todavía se puso la pijama y se recostó sobre la cama a pensar en el sueño que tuvo hace poco.

Se preguntaba a sí mismo si pudo haber sido Sofía, pues con ella había terminado hace poco, y la verdad si la extrañaba. ¿Por que me dijo que todo estará bien? ¿acaso ella se habrá olvidado de mi tan pronto? Bueno mañana hablaré con ella; hubo muchas cosas inconclusas que será mejor aclarar de una buena vez.

Ojos de ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora