CAPITULO 3.

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CAPITULO 3

Y DESPUÉS...


Las puertas del ascensor se abrieron, camino detrás de ella a uno de los umbrales, abre, se quita del paso y casi hace una reverencia.
-Las damas primero.-dice ella y me guiña.
Admiro el lugar, inmensos libreros, sillones de madera, todo es como una casa real, no esos lugares todos blancos y pulcros y perfectos que dan un ambiente de que es más exhibición que hogar.
-¿Quieres algo de tomar?-pregunta.
-¿Qué me ofreces?
-¿Agua, jugo, escocés?
-Agua está bien.-me gusta estar bien sobrio, nada de nebulosidad.
-O sea que... me hiciste decirte todo, mientras solo ibas a pedir agua.-levanta una ceja, luego niega y procede a servir el agua.
-¿Lo siento?-digo, pero suena más a pregunta.
-Ya olvídalo.-coloca el vaso con agua en la isla de la cocina, se sienta en un banquillo y apoya sus brazos allí, la imito, tomo el agua tan rápido que no me di cuenta de que tenía sed. Ella me mira como si yo fuera un enigma, cuando en realidad es todo lo contrario.- ¿por qué Tonny? ¿Por qué te pusieron ese nombre?
Frunzo el ceño, okay creo que empezaremos con las preguntas. Nadie me había preguntado nunca el porqué de mi nombre.
-Mi abuelo se llamaba Antonio, en un inicio usaban el Tonny para no decirme igual que él y mi prima lo escribió con doble "n" por equivocación y bueno, así quedo.-ella asiente con una sonrisa como si lo que yo dije fuera la mar de interesante. Aclaro mi garganta.- ¿por qué Lux?
Ella sonríe de lado, noto que tiene dos lunares cerca de su ojo derecho.
-En realidad me iba a llamar Luz.-frunzo el ceño y la animo a seguir.-pero la letra ilegible de mi papá hizo que una "z" se viera como una "x", nunca corrigieron el nombre, decían que era incluso mejor.
-¿Por qué Luz?
-Se suponía que yo traería luz a sus vidas o algo así. Poético, ¿no?
-Mucho. ¿Qué hay de tu ropa, eres hippie?-ella me fulmina graciosamente con sus ojos por mi comentario.
-¿Qué hay de tu auto, eres granjero?
-Touché.
Ambos reímos, ella toma el vaso vacío, baja de su lugar y lo lava.
-solo me gustan las flores y la buena música.-está respondiendo a mi pregunta, seca sus manos en una toalla azul que no había visto.

El lugar se ve demasiado ordenado como si nunca nadie hubiera dormido o corrido por estas paredes. 

-Es el auto de mi tío, un verdadero neoyorquino no tiene carro.-digo. Ella vuelve a su lugar y seguimos frente a frente.
-¿Qué hay con tu trabajo?
-Soy el fotógrafo oficial de las portadas de Cloe y varios escritores más.
-Y... ¿dibujas?-sonríe entre palabras.
Lo hago, pero...
-Solo caricaturas. Nada como retratos.-al decir eso comienzo a notar las pinturas en las paredes y reconozco una de Zeev.
-Aun así me gustaría verlos.
-Tengo muchos cuadernos.-levanto una ceja.-y, ¿tu trabajo?
-Soy bibliotecaria, trabajo en la tienda de Karina.
Baje la mirada y ¡Bum! Un pedazo de su sostén a la vista, intento mantener mi mirada en una manera de que no note que miro abajo y mientras sigue hablando sobre el trabajo.
Bueno... no es mucho pero por lo menos son reales.
Algo se desplaza frente a mí.
-¡Hey!,-la miro y... ¡se dio cuenta!, oh mierda.- no sé si sepas que tengo ojos.
Tiene una sonrisa en su rostro y se ríe de mí.
-Ehh... ¿lo siento?
-Oh, no te disculpes.-frunzo el ceño.-acabas de descubrir que tengo senos, en cierto modo me alaga y demás.-le resta importancia con una mano.
-Claro, ah...

¿Cómo es que llegué yo a ser el que se siente incómodo?
-Ya te dije que no muerdo, Tonny. Bueno, no a todo el mundo.
Y he allí señores, la mejor sonrisa que he visto en mi vida, incluso yo soñaría con quien me sonría así.

-A mí puedes morderme.
-Eso me gustaría pero... tengo mucha hambre.-algo en mi rostro la hizo reír.- no de ese tipo de hambre. De comida, genio.
-Oh claro, creo que puedo comer.
-Nos fuimos sin comer pastel, es lo peor que pudimos hacer.
Ella comienza a revisar la nevera y yo la sigo y me subo a la isla de la cocina.
-Todo por the lumineers, Lux.-le guiño.
-Oh, cierto.- su mirada está en el vacío como si recordara.-valió la pena ¿quieres galletas?
¿En serio?
-¿Tienes galletas?
Saca una mezcla de la nevera, ¿esto es en serio?
-Puedo hacerlas. Esta es una mezcla de esta mañana,-se quedó mirándola como si fuera a cobrar vida.- luego recordé que tenía que ir a la boda. Normalmente olvido cosas.
Me encojo de hombros, ¿debería irme?
-Puedo esperar. Suena bien.

Desde El EdénDonde viven las historias. Descúbrelo ahora